Casi todas las mujeres están familiarizadas con esa típica situación en la que abundan muchas prendas en el armario, pero no se encuentra absolutamente nada para ponerse. Las razones podrían ser triviales, pero pocas personas reflexionan seriamente sobre las mismas. Una elección errónea al ir de compras, no saber elegir colores adecuados y utilizar detalles para enfatizar sus puntos fuertes y disimular sus imperfecciones, un uso ineficiente del dinero a la hora de comprar ropa y zapatos… Todo esto conduce a que en el vestuario se acumulen prendas y accesorios muertos de la risa sin que nadie los utilice. Y si calculas la cantidad de dinero gastada en estas cosas, la cifra será bastante grande.
Consultamos con diversos especialistas para formular 15 reglas básicas de estilo. Estas ayudarán a cualquier mujer a confeccionar su vestuario de forma óptima y original, evitando al mismo tiempo llenar el armario con prendas superfluas, ahorrando así dinero.
1. Visualiza una imagen completa
Si deseas olvidarte de los problemas en tu armario de una vez por todas, lo más importante que tienes que hacer es dejar de elegir prendas individuales y comenzar a visualizar imágenes completas y acabadas, incluyendo en ellas los accesorios. Antes de comprarte algo, pregúntate a ti misma con qué lo vas a llevar puesto. Si en tu mente aparecen tres o cuatro opciones de combinaciones válidas, vale la pena, solo entonces, comprarlo.
2. Elige las tiendas adecuadas
Las tiendas en las que te compras la ropa deben ser acordes a tu edad, estatus y características físicas. Si con 20 años puedes permitirte fácilmente llevar los vestidos más sencillos y económicos, compensando su costo con la juventud, después de los 35 años hace falta dar preferencia a los tejidos más costosos y de calidad, con un corte interesante, para ofrecer una apariencia digna e impresionante, sin dar la imagen de una mujer que intenta ser joven vistiéndose como una adolescente de 17 años.
Lo mismo se aplica a las chicas que eligen las marcas diseñadas para mujeres de más edad. Vale la pena dedicar tu tiempo a analizar a fondo un par de grandes centros comerciales, eligiendo para ti 6-7 tiendas que vayan bien contigo en el momento actual. Examinando las tiendas, fíjate en cada una de ellas, a quién va dirigida la marca (posición social, edad), qué parte de las prendas es buena (en algunas, son buenos los pantalones, en otras, los vestidos y prendas de punto). Esto ayudará a ahorrar de manera notoria tiempo y esfuerzo durante las compras. Dejarás de perder tiempo pasando por todas las tiendas sin éxito.
3. Calcula el valor real de las cosas
Cada cosa que guarda tu armario debe amortizar su precio al 100 %. Para conocer cuánto cuestan realmente un par de zapatos caros o un vestido, recurre a esta fórmula sencilla: divide el precio del artículo entre el número de veces que te lo pondrás. Esto te permitirá evitar compras innecesarias y te acostumbrarás a comprar solo aquello que realmente será utilizado. También, esta fórmula ayuda a decidirse a la hora de afrontar compras costosas.
Por ejemplo, un abrigo se compra para utilizarlo, de media, entre 3-5 años, por lo que no vale la pena ahorrar en esta prenda, optando por una buena opción aunque sea costosa. Solo imagina cuántas veces te pondrás ese abrigo durante ese período. Divide el precio por su duración y verás que su valor real estará más que justificado.
4. Prepara la base y añade tendencias
Las prendas básicas son los pilares de cualquier vestuario. Son sencillas, de estilo lacónico, nunca pasan de moda y se combinan perfectamente en la práctica con cualquier cosa. Esta base debe suponer el 70 % de tu armario, el 30 % restante lo conformarían las tendencias del momento. Al añadir esas tendencias consigues que tu vestuario sea actual y lleno de estilo. Será suficiente con comprar 2-3 prendas de tendencias cada temporada para que tu base adquiera nuevos colores y así no tendrás que gastar grandes sumas en tus compras.
5. Ten a mano 3-4 tops para cada falda y pantalón
La regla principal en tu vestuario racional es la siguiente: más opciones para la zona superior en relación a una falda o un pantalón. Es la parte superior, y no la inferior, la que crea la sensación de un nuevo conjunto. Si vas a llevar la misma blusa, cambiando de faldas y pantalones, el resto te verá como una persona que va siempre vestida igual. Pero si a esos mismos pantalones le añades diferentes versiones de la parte de arriba, cada vez esto se verá como un nuevo conjunto, aparentarás vestir diferente y, al mismo tiempo, no tendrás que gastar un dinero extra en la compra de una parte de abajo adecuada para una nueva camisa.
6. Mezcla diferentes estilos, añade prendas deportivas
Las imágenes más interesantes se obtienen gracias al contraste de colores, texturas y, por supuesto, el estilo. Por ejemplo, añadiendo al look elegante elementos étnicos, o al estilo femenino, elementos grunge. Los conjuntos más actuales y con clase se crean mezclando lo deportivo con cualquier otro estilo.
Un estilo deportivo no supone ponerse un chándal para correr y zapatillas deportivas. Esta es una cuestión que se divide en muchas ramas, incluyendo el estilo safari, naval, militar, el deportivo (relacionado con el deporte en sí mismo) y muchos otros. Cuanto más sencillo sea el tejido y cuanto más acabados aparecen (costuras, botones, bolsillos superiores y similares) la prenda profundiza más en el estilo deportivo. Estos elementos añaden automáticamente dinamismo y energía a la imagen, la hacen más nítida y elegante, y además es una simple manera de lucir más joven después de cumplir los 40 años.
7. Combina las prendas de salir con lo cotidiano
Una de las tendencias de la moda actual, que se está desarrollando activamente, surge de combinar artículos típicos del vestuario para salir, con texturas o variaciones diarias simples, a menudo, de corte deportivo. No dudes en combinar pendientes de noche y los “zapatos de princesa” con unos jeans rotos y una camiseta, una falda de lentejuelas (o con plumas) con una camiseta y zapatillas de lona, completando la imagen con lentes llamativos y pulseras de cuero. O bien, un vestido de cóctel brillante con tirantes y de largo hasta las rodillas con pantalones sueltos de rayas y creepers.
8. Lleva junto al rostro colores que te queden bien al 100 %
Nada estropea más una imagen que un color en discrepancia con el rostro. Esto solo aporta una apariencia enferma de inmediato, enfatizando las imperfecciones de la piel, los cambios relacionados por la edad y similares. Por eso, resulta importante conocer la paleta de colores que te quede mejor y utilizar, cuanto más mejor, estos tonos en tu vestuario.
Si la elección del color del bolso o de los zapatos no es tan importante en este sentido, la ropa y accesorios que se encuentran próximos al rostro requieren de una selección cuidadosa. Y cuanto mayores nos hacemos, más atenta habrá que estar a este respecto. Evita los tonos con un toque gris-sucio, optando por tonos puros y claros o por los colores vivos de tu paleta.
9. Cómo elegir la longitud adecuada de tu vestido o falda
Hazte una foto de todo el cuerpo con ropa interior, pon encima de la imagen una hoja de papel y poco a poco ve subiéndola hacia arriba por tu silueta. Analiza aquello que ves, hasta el momento en que te gusta cómo se ven tus piernas abiertas, qué longitud de un vestido improvisado no las corta y qué extensión va bien contigo. Puedes hacer lo mismo con una tela delante del espejo, pero utilizando la foto recurrirás a un método sencillo con el que lo percibirás todo mejor en su conjunto. Para mayor seguridad, puedes hacer dos imágenes diferentes: con tacones y con los zapatos de suela baja.
10. Recurre a colores y combinaciones inusuales
El color es lo primero que percibimos al ver a una persona y solo después se evalúa su figura, el corte de las prendas y el estilo. Recurriendo a combinaciones de colores inusuales y tonos hermosos, podrás cambiar de forma sencilla y radical tu apariencia sin hacer frente a muchos gastos, especialmente, si antes tu base era en un tono gris-negro.
Revisa fotos de street style, catálogos y revistas de moda, presta atención a los bonitos colores de la naturaleza y a los tonos que los acompañan. Todo esto te permitirá obtener ideas y aplicarlas en tu vestuario. Sobre cómo combinar genial y armoniosamente los colores, puedes leer este otro artículo. La regla principal es utilizar no más de tres colores para crear un conjunto (al mismo tiempo, un color puede repetirse), sin contar los neutros, como gris, negro, blanco y variaciones del beige.
11. Desviar la atención
Con el fin de ocultar alguna imperfección en tu figura o las zonas no precisamente más ventajosas, a veces, tan solo será suficiente con poner el énfasis en otro punto, más exitoso. Por ejemplo, un estampado llamativo en el pantalón o en la falda atraerá la atención hacia unas caderas esbeltas, desviándola de los hombros demasiado anchos y una cintura sin definir. Un collar llamativo y vivo o unos pendientes espectaculares atraerán la atención hacia un rostro hermoso, desviándola de las caderas rellenitas.
12. Total look: una variante actual
El Total look (aspecto total) es el conjunto de prendas ensamblado en un color. Se ve mejor cuando se utilizan diferentes texturas, cada una de ellas, a su manera, mostrando el mismo tono. En definitiva, es una línea vertical unicolor, que visualmente hace que la figura sea más delgada, estirándola. La variante más actual se consigue añadiendo al conjunto un tono completamente diferente, pero siempre con solo un toque de éste. Esto puede ser un bolso o zapatos, pendientes espectaculares, un collar o un cinturón.
13. Lleva chaquetas
La principal ventaja de una chaqueta es que crea una carcasa en la zona de los hombros, lo que siempre se ve más elegante y caro que los géneros de punto. Una chaqueta, incluso, es capaz de hacer más completa una imagen con pantalones de mezclilla y camiseta, aportándole un toque más elegante y chic. Se ve más espectacular con mangas cortas o remangadas en combinación con pulseras.
14. Detalles
Al igual que las múltiples capas, los detalles completan la imagen, haciéndola más elegante e interesante. La función de los detalles la realizan los adornos, bolsos, calzado, así como estampados, una decoración interesante, textura, forro de color, botones bonitos, y así sucesivamente. A menudo, son los detalles los que crean la imagen. Eligiendo para un vestido sencillo y unicolor unos zapatos interesantes, adornos y un bolso llamativo, se puede crear una imagen muy espectacular y con estilo.
15. Una manera sencilla de convertir un conjunto de oficina en un atuendo para salir
Existen situaciones en las que después del trabajo es necesario acudir a algún tipo de evento, pero no tienes tiempo ni ganas de regresar a casa para cambiarte de ropa. Un modo sencillo de convertir un traje de oficina en un atuendo para salir es ponerte joyas llamativas, cambiar el bolso habitual por uno de mano de noche y sustituir el calzado cotidiano por unas sandalias refinadas o zapatos clásicos de tacón. Esto funciona con éxito tanto con un vestido estuche como con una falda lápiz, o bien con pantalones en combinación con camisa, top y chaqueta.
Y tú, ¿utilizas a la hora de completar tu vestuario algunas de las recomendaciones que hemos detallado en este artículo? Cuéntanos tus reflexiones.