La importancia de una traducción correcta se hace especialmente evidente cuando se detectan errores. El talento de un traductor no reside tanto en el conocimiento de idiomas extranjeros como en prestar atención a los detalles y en la capacidad de analizar todo el contexto. Incluso un pequeño error a veces puede desencadenar consecuencias graves e incluso trágicas. Las inexactitudes de las transcripciones cambian el curso de los acontecimientos. Y en este artículo encontrarás pruebas evidentes de ello.
Encontramos errores fatales de traductores: algunos de ellos, incluso han cambiado la historia de la humanidad.
¿Por qué Eva fue creada de la costilla de Adán?
Muchos de nosotros estamos convencidos de que la primera mujer, Eva, fue creada a partir de la costilla del primer hombre, Adán. Y no nos hacemos la pregunta por qué precisamente se creó a partir de una costilla. En realidad, este conocimiento básico no es más que un error de un traductor que no sabía que la palabra hebrea tsela alberga dos acepciones: “costilla” y “reflejo”. En consecuencia, la frase tenía que sonar así: “Dios creó a la mujer como un reflejo del hombre”.
“La amenaza” de Jrushchov
En 1956, en el apogeo de la Guerra Fría, Nikita Jrushchov, líder de la Unión Soviética, daba un discurso en la embajada de Polonia ante representantes de diferentes países. Inesperadamente, para los presentes, Jrushchov dijo: “Les guste o no, la historia está de nuestra parte. ¡Los enterraremos!”. Los medios de comunicación occidentales percibieron las palabras del líder soviético como una amenaza directa. Pero en realidad, Jrushchov quería citar a Karl Marx y aquello de que el proletariado cavaba las tumbas del capitalismo, pero el traductor transmitió la frase literalmente.
La traducción correcta debería haber sonado muy diferente: “El socialismo es más eficaz, por lo tanto, sobrevivirá al capitalismo”. No se puede decir que la frase sonase más amistosa, pero era más bien una tesis sobre un libro que una amenaza directa a Occidente.
La embarazosa oferta de Jimmy Carter
En 1977, el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, visitó Polonia. Se llevó consigo como asistentes a un experto en traducciones del idioma polaco. Carter comenzó su discurso con un saludo: “Vine para conocer su opinión y para entender lo que el pueblo polaco espera del futuro”. El traductor convirtió la frase inocente del presidente en la siguiente variante: “Deseo establecer una relación íntima con los polacos”.
Pero los problemas no acabaron ahí. Las palabras del líder “Salí de EE.UU. esta mañana” sonaron en polaco como “Me fui de EE.UU. para no volver nunca”, lo que preocupó mucho al público. Más tarde, este discurso del presidente se convirtió en un buen pretexto para dedicarle numerosos chistes.
Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos
La famosa frase de Jesucristo se encuentra dos veces en la Biblia: “Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos”. Mientras que algunos creen que esto es una hipérbole, otros suponen que la gente llamaba “ojo de aguja” a las puertas estrechas de las murallas de Jerusalén.
En realidad, esta frase poética surgió a partir de la negligencia del traductor que había confundido las palabras kamelos, que significa “camello”, y kamilos, “cuerda”. Por eso, sería más correcto decir “Es más fácil que una cuerda entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos”.
Islas de “perros”
Es una equivocación común pensar que las islas Canarias recibieron su nombre en honor a los pájaros canarios que habitan allí. Es sorprendente, pero en realidad, todo ocurrió exactamente al revés: estos pájaros cantores fueron denominados por el lugar de su origen, mientras que el archipiélago lleva este nombre debido a la gran cantidad de perros que habitaban allí, tanto los salvajes como domesticados.
El topónimo “Canarias” proviene del latín Canariae Insulae, que literalmente significa “islas caninas”. Según otra versión, con la palabra perro se llamaban también a las focas allí conglomeradas en grandes colonias.
Tratado de Waitangi
En 1840, los británicos firmaron un acuerdo con las tribus maoríes para que Nueva Zelanda fuera administrada por Gran Bretaña. Este tratado se considera la base para la creación de ese estado. El acuerdo se escribió originalmente en inglés y luego se tradujo rápidamente, en tan solo una noche, por un misionero local. El texto en idioma maorí contenía una gran cantidad de errores y discrepancias con el original, debido a que tenía muchas contradicciones. Los residentes locales aceptaron las condiciones, sin profundizar en el contenido.
Después de que ambas partes firmaran el acuerdo, los colonos obtuvieron el control total sobre los aborígenes y los derechos para vender sus tierras, lo cual no estaba escrito en el documento traducido. Los maoríes, descontentos, organizaron levantamientos armados, mientras las nuevas autoridades las reprimían con base en que las tribus no cumplían con el contrato. A finales del siglo XIX, las autoridades de Nueva Zelanda decidieron que los documentos no tenían validez legal.
Una palabra que costó 71 millones USD
En 1980, el español, Willy Ramírez, fue trasladado a un hospital estadounidense. El paciente se encontraba en estado grave, pero su familia no podía explicar lo que había sucedido porque no hablaba inglés. Ramírez sufrió una intoxicación alimentaria. Uno de los empleados de la clínica tradujo del español la palabra “intoxicado” como “intoxicated”, pero en inglés esta palabra se aplica solo a aquellas personas que han tomado una gran dosis de drogas o de alcohol.
A este diagnóstico incorrecto, los médicos prescribieron un tratamiento, debido al cual, el hombre sufrió complicaciones y una parálisis de sus extremidades. Más tarde, el hospital le pagó 71 millones de dólares en compensación.
¿Alguna vez te has topado en tu vida con un problema relacionado con una traducción?