En Roma, todos los turistas se encuentran con las acogedoras calles empedradas y majestuosos templos, se sumergen en los secretos y leyendas de la historia antigua. Cada año es visitada por un montón de viajeros (7,4 millones de personas visitaron el Coliseo solo en 2018). Pero cada moneda tiene dos caras. La capital de Italia tiene otra cara bastante desagradable, la que tienen que “contemplar” a diario numerosos turistas y los habitantes de la ciudad.
Nos preguntamos si la vida en la Ciudad Eterna es fácil y cómoda. Y logramos descubrir algunas cosas bastante inesperadas.
1. Los tramposos locales encontraron un montón de maneras para conseguir que los turistas abran más sus billeteras
En cualquier momento puedes encontrarte con un hombre sonriente disfrazado de gladiador que te va a ofrecer tomar una foto con él. Te enterarás del costo de este servicio solo al final de la sesión y, lo más probable, será una sorpresa desagradable para ti.
Además, la ciudad está llena de extraños amistosos que te ofrecerán información sobre las atracciones locales o te ayudarán a comprar un boleto en la estación. Después de prestar cualquiera de estos servicios, el “voluntario” borra de inmediato la sonrisa de su cara y comienza a exigir su honorario al turista.
2. Los restaurantes tienen sus horarios y los supermercados cierran inusualmente temprano
No intentes comer en un restaurante de 4:00 p.m. a 5:00 p.m., ignorando el horario local de ingesta de comida. En este momento, están abiertos solo establecimientos turísticos, y los restaurantes tradicionales romanos cierran sus puertas para los visitantes. Es mejor ir a comer en el intervalo de 12:00 a 15:00, y cenar después de las 19:00.
Lo mismo ocurre con los supermercados: todas las compras deben planificarse hasta las 8:00 p.m., más tarde, las tiendas cierran sus puertas hasta la mañana siguiente.
3. Los lugares de interés más emblemáticos están abarrotados de turistas
Según los viajeros experimentados, todos los turistas se dividen en dos grupos. Una mitad de los visitantes van a ver el Coliseo, y la otra se dirige al Vaticano. Como resultado, las atracciones principales de la ciudad resultan llenas de gente. Pero los museos menos conocidos con exposiciones únicas están casi vacíos. Entre ellos se encuentran los Museos Capitolinos, la Galería Doria-Pamphili y el Palacio Altemps.
4. Las ruinas históricas a menudo se utilizan como un baño público
Muchos ya han perdido el asombro sagrado inspirado por la historia de la ciudad. Por lo tanto, en Roma no cuesta mucho encontrar baños públicos improvisados en los lugares más inesperados. Por ejemplo, justo en medio de antiguas ruinas. Así que ten cuidado si decides explorar algunos escombros pintorescos.
5. Las calles están llenas de migrantes de países africanos, personas sin hogar, gitanos y mendigos falsos
Casi en cada esquina puedes encontrar a un mendigo. Algunos de ellos pretenden pasar por turistas que sufrieron el robo de sus pertenencias y piden unos cuantos euros para poder llegar al hotel, mientras que otros se ven como verdaderos mendigos.
A menudo, los visitantes a Roma se quejan de los gitanos y los pakistaníes. Los últimos se pasaron “un poco” con el comercio callejero: pueden colocar fácilmente las mercancías justo debajo de los pies de los transeúntes.
6. Los conductores aparcan sus autos descuidadamente
Los romanos realmente no se molestan con las reglas de estacionamiento. El auto puede estar aparcado, literalmente, a un centímetro de la pared o poste. Por lo tanto, muchos vehículos están bastante rayados.
Además, a los conductores locales no les importa en absoluto que los peatones apenas pueden pasar entre los autos estacionados. No te sorprendas si ves alguna calle histórica completamente llena de transporte personal.
7. El estado de los baños públicos deja mucho que desear
Las áreas comunes en muchos hoteles, museos e incluso restaurantes romanos hacen que no te entren ganas de volver a visitarlos. Es probable que la cabina del baño público no tenga papel, este roto el asiento e incluso un turista experimentado no pueda encontrar el botón del inodoro. Un extra “agradable” será paredes sucias y charcos sospechosos en el piso.
8. Paredes antiguas pintadas con grafiti de baja calidad
Por este tipo de arte los romanos corren el riesgo de recibir una gran multa. Pero parece que no les importa mucho. Cualquier adolescente puede agarrar una lata de pintura y dejar un dibujo o una inscripción en la pared. La calidad de tales obras de aficionados, como regla general, deja mucho que desear, y los propios artistas arruinan el aspecto histórico de la ciudad principal italiana.
9. El metro está sucio, y las escaleras mecánicas siempre están dañadas
Los ciudadanos se quejan de la suciedad en el metro, las taquillas inoperativas y las escaleras mecánicas dañadas que ya se han convertido en algo común, y para subir al metro, los romanos y los visitantes de la ciudad a menudo tienen que atravesar las filas de los vendedores ambulantes.
10. El clima depara sorpresas desagradables
En Roma no hay invierno climático (es decir, el período en que la temperatura diaria promedio se mantiene constantemente por debajo de 0 °C). Durante los meses de invierno, la temperatura generalmente se mantiene entre 5 y 10 °C.
Debido a la alta humedad, incluso unos pocos grados bajo cero se perciben más duros que los fríos en la misma Siberia. Además, casi siempre soplan los vientos (la norma es de hasta 10 km/h). Pero la nieve ha sido registrada muy pocas veces. El 26 de febrero de 2018 Roma se despertó bajo un velo blanco: palmeras, naranjos, ruinas antiguas, almendros y magnolias se encontraban bajo una capa de nieve. Debido a esto, en las escuelas urbanas fueron suspendidas las clases.
11. Las máquinas expendedoras de boletos no siempre son cómodas de usar
La trama de esta foto se califica por los romanos como la lucha típica de los turistas con monitores de máquinas expendedoras callejeras. Para comprar un boleto para el transporte público, a menudo es necesario meter literalmente la nariz en la pantalla reflejante.
12. Resulta difícil comprar las verduras y frutas necesarias fuera de temporada
Si decidiste visitar el mercado local, elije verduras y frutas con tus propias manos; de lo contrario, corres el riesgo de que te echen alimentos caducados o en mal estado. Además, los romanos están preocupados por la estacionalidad, que está literalmente elevada al rango de un culto. Por supuesto, el chícharo o espinacas se pueden conseguir fuera de temporada, pero los vendedores van a poner la cara de sorpresa y desprecio, ¡cómo puedes comer eso si no sabe a nada!
13. En muchos lugares, los turistas deben tener cuidado con los carteristas
Las calles centrales de Roma son relativamente seguras, pero no se recomienda a los viajeros que paseen solos en las afueras de la ciudad.
Francamente, uno tampoco debe relajarse en el centro ya que en todas partes operan las bandas de carteristas, cuyo objetivo principal son los turistas. El dinero del bolsillo o bolso se puede sacar durante una excursión, en el metro o incluso en una calle concurrida. Entre los carteristas son muy populares las técnicas de desorientación: mientras uno de los estafadores los convence para que compren flores o adornos, el segundo roba las carteras.
14. Los servicios públicos no tienen prisa por sacar la basura
La ciudad eterna sufre una crisis de basura. En las zonas residenciales y en las afueras de la ciudad, se acumulan los montones de desechos. Los contenedores de basura están llenos, y los activistas locales llevan tiempo dando la voz de alarma.
15. El transporte público suele estar abarrotado
Los autobuses públicos de Roma a menudo están repletos. El hecho es que el transporte público aquí a veces no cumple con el horario. Lo que ocurre tanto por descuido de los conductores como por razones más serias. Las carreteras a menudo se bloquean por autobuses turísticos o por los autos de los aficionados al estacionamiento caótico.
Pero tenemos que admitir: a pesar de todas las imperfecciones, ¡Roma es una ciudad innegablemente hermosa!
Las atracciones de la Ciudad Eterna superan por completo todas sus imperfecciones.
Pasear por Roma es el sueño de casi cualquier viajero. Mucha gente quisiera tocar las piedras del antiguo Foro, visitar el famoso Vaticano, ver los frescos de Miguel Ángel, sentarse en las mesas de los cafés donde se sirve la auténtica pizza italiana.
Se enamoran de Roma de una vez por todas y vuelven a esta ciudad una y otra vez. Muchos viajeros creen sinceramente que todas estas imperfecciones solo aportan un toque único a la ciudad. ¿Acaso te fijarías en los comerciantes molestos o en los autobuses tardíos allí donde cada callejón respira historia antigua?