Cuando tu hijo empieza a crecer queda expuesto a todo tipo de agresiones y, aunque quisieras, no es posible seguirle el paso todo el día. A veces es muy difícil explicarle que hay personas que podrían hacerle daño con sus acciones o palabras, pero aún así es necesario hablarle de la importancia de defenderse para que nadie lo lastime, ya que puede verse involucrado en situaciones incómodas que lo pueden herir y es importante que sepa cómo reaccionar ante las agresiones.
Consideramos muy importante la seguridad y bienestar de un niño, por ello recopilamos algunas recomendaciones que podrían servirte para mostrarle a tu hijo qué hacer ante las ofensas de otros.
1. Muéstrale cómo mantener el control
Enséñale a reflexionar y a ponerle un nombre a lo que está sintiendo. Mantener un equilibrio en las emociones resulta ser muy importante en la vida de un niño, porque si existe un autocontrol de los sentimientos, entonces él podrá tomar decisiones acertadas, reaccionar de una manera más tranquila y analizar las cosas ante una situación incómoda o frustrante. Lo mejor es que tu hijo sepa identificar rápidamente las consecuencias que se desatarían por un arrebato. Esto podría ayudarlo a mantenerse tranquilo y alejado del conflicto para afrontarlo cuando se sienta listo y cuando haya encontrado algunas opciones para solucionarlo.
2. Hazle saber que debe ignorar los comentarios dañinos
Es fundamental que el niño entienda que no debe huir del conflicto, pero tampoco debe tomarse las cosas muy personales. Algunos niños pueden molestar a otros con el objetivo de llamar la atención e imitar el comportamiento que han visto en otras personas. Es importante que tu hijo entienda desde pequeño que habrá comentarios que lo pueden lastimar, pero lo mejor es hacer caso omiso ante las cosas negativas que escucha y sobre todo, hacer que entienda que lo ideal es no responder con la misma actitud para no hacer el problema más grande. Habla con tu hijo sobre el significado del bullying y muéstrale que no es su culpa, incítalo a realizar actividades que fortalezcan su confianza y seguridad para que sepa cómo defenderse ante estas situaciones.
3. Enséñale cómo manejar su lenguaje corporal
Tu hijo debe saber de qué se trata el lenguaje corporal y los beneficios o los daños que puede tener al usarlo de una u otra manera. Sus acciones y posturas pueden enviar un mensaje muy claro de lo que está sintiendo en ese momento, sin necesidad de decirlo. Lo más recomendable es que no muestre su miedo ni agache la cabeza o es muy probable que el niño que lo molesta continúe dañándolo. Para un niño puede ser complicado entender cómo debe reaccionar ante las agresiones, por ello es importante que le expliques cómo mostrarse seguro, mantener el contacto visual y ser firme al decir que ya es suficiente, para después alejarse de sus agresores de manera tranquila.
4. Incítalo a negociar
El niño debe comprender que siempre será mejor hablar las cosas antes de reaccionar de una manera agresiva. Explícale que él debe tratar a las personas como le gustaría que ellos lo trataran. Si él tiene la habilidad de evitar las provocaciones de sus agresores, entonces será más probable que ellos se rindan y no se sientan satisfechos al molestarlo, por lo que dejarán de hacerlo. Si aprende a negociar en casa, aprenderá a hacerlo en donde sea necesario. La comunicación es fundamental para llegar a acuerdos y si tu hijo muestra seguridad y es firme ante sus peticiones, será más sencillo librarse del problema.
5. Ayúdalo a liberarse de su enojo
La ira es un sentimiento que no puedes evitar en tu hijo. Por ello es importante que simpatices y aceptes sus emociones para que él entienda que está bien sentir. Con el tiempo, y a medida que se sienta más comprendido, tendrá más confianza para hablarte de sus problemas y expresar cómo se siente al respecto. Tómalo con calma y explícale que no hay nada de malo en enojarse, pero hazle saber que es necesario que trabaje en sentirse más tranquilo para poder ver las cosas más claras. Ayúdalo a identificar las actividades que lo hacen sentir mejor cuando se molesta y observa los métodos a los que recurre para olvidarse de su malestar y transitar su emoción. Así podrás acompañarlo y aconsejarlo cuando experimente una agresión.
6. Guíalo para encontrar soluciones
Escúchalo y haz que identifique cuál es el problema. Dale la oportunidad de pensar para que pueda analizar las posibles soluciones y cuestiónalo hasta que él mismo tenga las respuestas que necesita. Cuando te mencione alternativas o te comparta lo que haría, incítalo a pensar en qué pasaría si hace una u otra cosa. Así se dará cuenta de cuál es la mejor opción para terminar con ese problema y su seguridad se incrementará al ver que es capaz de resolverlo solo. Para ayudarlo a que pueda entender mejor, puedes mostrarle algunas películas o cuentos infantiles que le enseñen el ejemplo.
7. Incítalo a pedir ayuda cuando lo necesite
La comunicación que mantengas con tu hijo será determinante para la relación que construya contigo y con otras personas de su alrededor. Mientras mejor sea el trato entre ambos, más grande será la confianza. Si te cuenta sobre la agresión de un niño, mantén la calma y no te exaltes pues eso podría provocar que el niño se asuste y no vuelva a contarte nada sobre eso. Solo escucha y agradece que te haya confiado esa experiencia. Explícale que no tiene nada de malo buscar ayuda cuando algo le parece incorrecto o lo hace sentir incómodo y recuérdale que tiene tu apoyo y no está solo.
8. Dale su propio espacio
Aunque pienses que un niño no necesita su propio espacio, en realidad es importante que tenga la oportunidad de disfrutar de la soledad para su desarrollo, y que cuente con tiempo para reflexionar sobre lo que ocurre en su vida. Respeta su espacio personal y entenderá que los demás también deben respetarlo. Muéstrale cómo defenderse si alguien lo invade, pues esto es muy importante para que él se sienta seguro y aprenda a establecer los límites con los demás.
9. Demuéstrale que lo quieres y no lo regañes
Si tu hijo confía en ti, te comparte que un niño lo molesta en la escuela y tú te enfadas con él, que no te parezca extraño que él deje de confiarte lo que pasa en su día. Lo ideal es que el niño sienta cuánto lo quieres, lo importante que es para ti y cuánto lo apoyas en sus experiencias malas. De lo contrario, podría creer que el niño que lo agrede hace lo correcto debido a que tú haces lo mismo. Esto incrementaría su estrés y perjudicaría su nivel de autoestima, incluso en la etapa adulta según un estudio. Escúchalo y ponle atención sin alterarte. Así le demostrarás que lo mejor es guardar la calma y dialogar. Dándole muestras de afecto, él sabrá que su familia lo valora y que no está solo en ese tipo de circunstancias. Entenderá que el comportamiento de ese niño es incorrecto, pues conoce otro tipo de relación en su casa y probablemente tendrá más razones para defenderse.
10. Ponle el ejemplo
Lo que el niño ve en casa es vital para su formación. Si está en un ambiente violento es posible que, ante una agresión, crea correcto el comportamiento de las personas que lo están atacando o, en todo caso, que termine imitando la misma conducta que le enseñaste. Si existen problemas entre sus padres y acuden a las agresiones para arreglar sus problemas, él entenderá que no sirve de nada defenderse. Lo mejor es que con tu propio ejemplo le muestres cuál es la manera correcta para afrontar ese tipo de situaciones, demostrándole que no hay necesidad de llegar a ofender o afectar físicamente a otra persona para solucionarlo.
¿Tú cómo haces para que tu hijo aprenda a defenderse? ¿Agregarías otra recomendación a la lista? Cuéntanos tus respuestas en los comentarios.