15 mil USD: esa cantidad de dinero, en promedio, es la que gasta solo en cosméticos una mujer común a lo largo de toda su vida. Y esto sin tener en cuenta las interminables manicuras, pedicuras, visitas a salones de belleza y peluquerías. Los fabricantes de cosméticos hacen todo lo posible para ganar más y más con sus clientas. Pero resulta que no necesitamos todos los tratamientos y cosméticos.
Basándose en investigaciones recientes, desacreditamos 10 mitos de belleza antiguos, que solíamos tomar por la verdad.
Mito N°1: “Las inyecciones de belleza” deben hacerse desde la juventud para prevenir las arrugas
Según algunos cosmetólogos razonables, una moda tan poco saludable ayuda a los salones a aprovecharse del miedo de las clientas a las arrugas. Las inyecciones antienvejecimiento agotan los recursos de la piel, la hacen más vulnerable y causan microtraumas. De hecho, una mujer sana tiene suficiente ácido hialurónico en su cuerpo, y su declive solo se observa a la edad de 60 años.
Las inyecciones de bótox sin ningún motivo especial, como arrugas profundas, tampoco son buenas, porque cuanto más joven es una persona, más su cuerpo genera anticuerpos que forman inmunidad contra la toxina botulínica. Hay una versión de que a medida que la inmunidad se fortalece, el efecto de las inyecciones disminuye, y luego dejarán de funcionar por completo. Pero después de los 40 años, los anticuerpos se forman mucho más lentamente, lo que promete un efecto duradero de los procedimientos. Por supuesto, siempre y cuando la persona no haya sido aficionada a las inyecciones en su juventud.
Mito N°2: los cosméticos orgánicos son mejores que los comunes
Los cosméticos orgánicos están ahora en la cima de su popularidad, aunque no está del todo claro qué se puede considerar como tal. Hay varios criterios de cumplimiento: al menos el 90 % de los ingredientes deben ser de origen vegetal natural, obtenidos solo por método de extracción, y las materias primas para ellos deben cultivarse en campos limpios con el correspondiente certificado. Pero resulta que los propietarios de las líneas orgánicas están preocupados ante todo por el cumplimiento de todas las condiciones y no por la efectividad de sus productos. Por lo tanto, cuán efectiva es la cosmética orgánica es una gran pregunta.
Además, los productos orgánicos no pueden hacer frente a todos los problemas. Por ejemplo, en la lucha contra la pigmentación, las arrugas o incluso en materia de hidratación, los componentes químicos tienen más probabilidades de tener éxito que los extractos naturales.
Mito N°3: hay que bloquear el sudor con los antitranspirantes
La sudoración nos ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo y a controlar la temperatura corporal, eso lo sabemos ya desde las clases de biología. Pero el hecho de que la liberación de sudor es una importante función protectora del cuerpo, que puede ser riesgoso para la vida combatir, es algo que muchos ignoramos.
Los antitranspirantes previenen la sudoración cerrando las glándulas sebáceas. Naturalmente, esto no lleva a nada bueno. El uso constante de antitranspirantes conduce a la interrupción persistente del microbioma. Por lo tanto, estos productos no deben usarse más de 2 a 3 veces por semana y deben lavarse sí o sí antes de acostarse a dormir. Es mejor optar por desodorantes comunes con una composición inofensiva que neutraliza los olores desagradables. Por ejemplo, los desodorantes de sal mineral natural que previene la formación de bacterias y, en consecuencia, el olor desagradable.
Mito N°4: los cosméticos asiáticos son superiores en calidad a los europeos
Las cremas faciales coreanas, y los cosméticos asiáticos en general, son muy populares hoy en día. En realidad, merecidamente pero no sin reservas, es lo que consideran la periodista de belleza Yana Zubtsova y la cosmetóloga Tiina Orasmäe-Meder, autoras del libro “Los mitos de la belleza. Toda la verdad sobre el bótox, las células madre, la cosmética orgánica y mucho más”. De hecho, los cosméticos locales tienen un buen efecto blanqueador e hidratante, al menos para las peculiaridades de la piel de las mujeres occidentales, que los fabricantes han estudiado bien.
Pero, según los expertos, las cremas coreanas no son las mejores para la lucha contra los problemas europeos, como arrugas tempranas, flacidez de la piel y acné. Las arrugas y la ptosis se manifiestan en las asiáticas más tarde y no tan pronunciadamente. También es importante tener en cuenta el hecho de que en nuestros países existen diferentes condiciones climáticas y una mentalidad diferente: los residentes de Asia, según las autoras, son personas más sistémicas que saben cómo cuidar la piel con mucho detalle, pero en nuestro caso es poco probable que un sistema de cuidado de múltiples etapas se arraigue.
Mito N°5: el masaje es solo una forma de relajarse
Pocas personas asocian las arrugas en la cara con las contracturas de los músculos del cuello, por ejemplo. Y deberían. Todos los músculos humanos están interconectados: si algunos se tensan, otros se relajarán, y viceversa. Un buen trabajo sobre un área puede mejorar la apariencia y todo el organismo.
Por ejemplo, si el ceño se frunce todo el tiempo, es probable que los músculos del área de la barbilla se aflojen. Los músculos de la cara están conectados directamente con los de la parte posterior del cuello, es decir, si los mismos se trabajan correctamente, es posible corregir la forma de la cara. Si a la parte inferior de la cara le falta firmeza, hay que relajar el cuello y prestar especial atención al área alrededor de la boca. Primero hay que relajar los músculos, y luego fortalecerlos. Y también se recomienda realizar gimasia facial bajo la guía de un cosmetólogo competente.
Mito N°6: los bálsamos labiales salvan de la sequedad
Los beneficios de los bálsamos para los labios también son claramente exagerados. Existe la opinión de que es un producto absolutamente inútil: al aplicarlo en los labios suprimimos el mecanismo natural de la evaporación de la humedad y el proceso de renovación de la piel, ya que los bálsamos interfieren con la exfoliación de las células y las pegan entre sí con una película grasosa. Además, el uso de esta herramienta a menudo se convierte en un hábito, y a muchas mujeres les gusta lamerse los labios cuando tienen algo aplicado, y entonces se secan aún más rápido.
Una alternativa a los bálsamos son las económicas cápsulas de farmacia de vitamina E.
Mito N°7: la lucha contra la celulitis es una sucesión interminable de envolturas y masajes
La “cáscara de naranja”, que es conocida por casi todas las mujeres, les trae a las damas mucha preocupación y a los fabricantes de diversos medios de celulitis, un buen ingreso. Y, en su mayor parte, esto sucede porque pocas personas entienden de cremas y de los principios de tratamiento.
Hay que usar los remedios anticelulíticos dependiendo de las etapas del ciclo menstrual. En la primera fase después del inicio de la menstruación (12 a 14 días), se deben usar lipolíticos, es decir los productos que queman la grasa. Por ejemplo, hacer envolturas de cafeína y el llamado masaje anticelulítico. Y en la segunda fase (después de la ovulación), el cuerpo experimenta un aumento de la hormona progesterona que retiene líquidos y facilita la síntesis de grasas. Por lo tanto, durante este período, es mejor usar productos que reduzcan la hinchazón, es decir, venotónicos, y realizar un masaje de drenaje linfático.
Mito N°8: hay que dormir debajo de una manta delgada, porque el frío hace bien
En realidad, es mejor dormir bajo una manta gruesa. Los investigadores estadounidenses han llegado a la conclusión de que una manta que pesa entre 5 y 15 kg ayuda a que una persona se duerma más rápido. La razón está en la presión, que tiene un efecto relajante en el cuerpo. Sucede por la liberación de serotonina y dopamina, más o menos como cuando uno se hace un masaje.
Según algunos estudios, una manta así reduce la probabilidad de depresión y ayuda a combatir el insomnio, incluso a las personas con autismo, ansiedad, estrés y exceso de agresión. Pero este popular método también tiene oponentes que dudan de la efectividad de una manta para el tratamiento de los problemas psicológicos, más si no se acompañan de una terapia adicional.
Mito N°9: no se pueden usar cremas faciales cuando hace frío
Se considera que no se pueden usar las cremas faciales cuando hace frío porque el agua contenida en el cosmético se congelará y, por lo tanto, causará daños en la piel. Así que dejamos de lado los productos de cuidado habituales y compramos cremas y aceites nutritivos especiales para el invierno. Pero es un gasto innecesario y completamente inútil.
Por supuesto que no hay que salir a la calle con la cara húmeda a temperaturas bajo cero, ya que hacerlo provocaría la deshidratación de la piel. Pero las cremas hidratantes se pueden usar, a pesar de que están hechas en un 50 % a 80 % de agua. El agua en una crema aplicada no se congelará a temperaturas bajo cero porque es calentada por nuestra piel, cuya temperatura nunca baja de los 32 grados. Incluso si sales a la calle en las heladas más severas con una crema o emulsión en la cara, durante al menos una hora la piel soportará el frío sin ningún problema. Pero es mejor usar una crema espesa, y antes de salir de la casa aplicar, sin aplastar, un polvo tonificador, que se convertirá en una protección adicional contra los cambios de temperatura.
Mito N°10: el agua termal hidrata la piel
Según nos quiere convencer la publicidad, el agua termal es un importante producto para hidratar la piel. Pero resulta que incluso este sencillo aerosol se debe usar correctamente. Si simplemente aplicas agua termal en la cara, en lugar de hidratar, deshidratará tu piel. Son leyes de la física básicas: cuando el agua se evapora, la humedad de nuestra piel se evapora con ella. Tampoco se recomienda usar agua termal en la playa, ya que aumentará la penetración de la radiación ultravioleta.
El esquema de uso correcto es el siguiente: para que el agua termal realmente hidrate, rocíala sobre la piel limpia, masajea suavemente hasta que se absorba completamente y aplica una crema encima. O usa el agua después de la crema, también masajeando ligeramente la piel, y luego aplica el maquillaje, así durará más. Y si deseas refrescarte la cara o simplemente lavarte con agua corriente, no te olvides de secarte la piel con una servilleta de papel.