A veces las circunstancias nos afectan tanto que incluso las personas más dulces se convierten en individuos desagradables. Una persona no se da cuenta de cómo cambia su personalidad, los demás tratan de evitar el contacto con ella, surgen problemas en las relaciones con amigos y familiares. A causa de estos cambios algunos sufren depresión, otros se vuelven solitarios de por vida. ¿Cómo reconocer de antemano las señales de que te estás convirtiendo en una persona tóxica?
Advertimos: deberías preocuparte si presentas al menos 4 particularidades de comportamiento de las que se enumeran a continuación.
11. Haces mucho por los demás, pero la gente no lo aprecia
Te parece que las personas no aprecian tu preocupación por ellas, no agradecen e incluso nunca intentan adaptarse a tus preferencias. Estás cansado de dar consejos que las personas rara vez siguen, pero aún así se quejan de sus problemas sin comprender las razones de tu disgusto.
De hecho: no le debes nada a nadie, pero otras personas tampoco te deben algo. Ayuda si una persona te lo pide y realmente quieres ayudar. Pero ni siquiera esperes las gracias a cambio. Y no olvides que la resolución de tus propios problemas debe ocupar el primer lugar en tu vida.
10. No estás acostumbrado a felicitar a otras personas y no ves el sentido de decirles a tus seres queridos que los amas
¿Quién necesita los cumplidos si se parecen más a la adulación a la que la gente suele recurrir para obtener algún beneficio? ¿Para qué vas a decirles a tus familiares sobre tu amor, si es perfectamente comprensible por tus acciones?
De hecho: pierdes la capacidad de expresar las emociones. Es importante que las personas escuchen que son amadas y los cumplidos sirven no solo para evaluar lo superficial, sino el resultado de los esfuerzos de alguien, es una manifestación de tu sincera atención hacia otra persona.
9. Acudes en ayuda en una situación difícil sin esperar la invitación para recordarle a la persona que la vida es dolor
Te extraña observar cuando alguien se alegra o se ve feliz sin una buena razón. Después de todo, sabes que la vida es una lucha, y si te relajas un poco, te da un golpe muy duro. Por lo tanto, estás tratando de salvar a tus seres queridos de ver la vida de color rosa.
De hecho: esta actitud impide que seas realista. Pierdes la capacidad de compartir la alegría y la felicidad de otras personas y apreciar las cosas simples y los momentos por los cuales vale la pena vivir.
Ayudar en una situación difícil significa mucho, pero la gente suele evitar a aquellos a quienes les gusta comenzar las frases de apoyo con las palabras: “Ya te lo dije…” ¿Tal vez te gusta estar en la imagen de un luchador experimentado que conoce la vida? ¿O ayudas a los demás para sentir tu propia importancia, o tal vez para recordarle a la persona que ella es completamente inútil sin tu apoyo?
8. Durante la pelea, expresas tu opinión y luego desapareces
No deseas escuchar al oponente, no contestas sus llamadas y SMS. Quieres que la otra persona le de mil vueltas al asunto en su cabeza, adivine cuánto te lastimó y se preocupe por si algo te ha pasado ya que no se sabe nada de ti durante tanto tiempo. Finalmente, entenderá lo mucho que significas para ella.
De hecho: si es una persona muy querida para ti, no la vas a mantener confundida, sino que intentarán examinar la situación juntos. A veces, la situación requiere una pausa, pero tiene que ser acordada: tomen un respiro para continuar esta conversación un poco más tarde, para que cada uno de ustedes piense sobre la situación a solas. Lo principal es no convertirse en un niño pequeño ofendido y no hacer que otra persona se ponga nerviosa sin una razón.
7. Crees que la crítica justa es el mejor motivador para el éxito
¿Para qué vas a elogiar a una persona si ya está haciendo bien las cosas, especialmente si es su responsabilidad? No eres como aquellos que celebran incluso los éxitos insignificantes de otra persona, porque estás seguro de que solo la crítica constructiva conduce a la perfección.
De hecho: alabamos a las personas para destacar la importancia de su labor, especialmente cuando hacen algo por los demás. Si una persona entiende que su trabajo es apreciado, lo hace aún mejor.
Pero es importante ser sincero y saber cuándo parar. No debes elogiar cada acto insignificante y hacerlo todo el tiempo. Pero, por ejemplo, si tu perro te pide salir en medio de la noche, y tu esposo se ofreció voluntario para pasear con él, permitiéndote seguir durmiendo, entonces su acto definitivamente merece un elogio.
6. No estás acostumbrado a disculparte
Es cosa de niños. ¿Por qué pedir perdón si la otra parte aún ve la situación a su manera y está segura de que tiene razón? Como signo de reconciliación, simplemente finges que no pasó nada.
De hecho: con una disculpa no estás reconociendo que estás equivocado. Esta es una forma de demostrar que, a pesar de los desacuerdos, no quisiste ofender a otra persona con tus palabras y comportamiento y estás dispuesto a continuar la relación, dejando el malentendido en el pasado.
5. Planteas un dilema a la persona para lograr tu objetivo
No te gustan las conversaciones largas, ni tampoco puedes aguantar cuando una persona se comporta de manera diferente de lo que te gustaría, utilizas sus debilidades y afectos para lograr lo que deseas.
De hecho: “Elige entre mí y tu trabajo estúpido por el cual nunca estás en casa”, si sueles recurrir a las frases de este tipo, significa que estás tratando de manipular a la persona. Tales métodos son adecuados solo para terminar una relación.
Si la relación con otra persona significa algo para ti, entonces deben tratar de encontrar tiempo para hablar sobre el problema juntos y encontrar una solución satisfactoria para los dos. Puede ser que tengan que hacer concesiones, pero no es una humillación, sino una indicación de que ustedes son un equipo.
4. Otras personas se ponen molestas debido a tu manera de hablar
Acabas de preguntar “¿cómo estás?” a tu amigo y se apresuró a marcharse. O hiciste un llamado de atención a alguien, pero la persona lo tomó como un insulto personal. Si estas cosas suelen suceder, tal vez no sea por lo que dijiste, sino por cómo lo hiciste.
De hecho: la entonación cuenta al interlocutor sobre tu actitud hacia él, añade un significado oculto adicional en la oración y puede aportar a la frase o a la broma un sarcasmo innecesario, cambiando completamente su significado. Por lo tanto, es importante lo que dices y cómo lo dices.
Es fácil de comprobar en uno mismo: graba algunas de tus conversaciones en la grabadora y escúchalas. La entonación desagradable se nota, incluso cuando hablas lo más dulce posible (en tu opinión) con alguien de tus familiares.
3. Sueles meterte en las disputas comentando algo en línea y no tienes miedo de poner a otro en su lugar
Te metes en las discusiones para criticar a alguien. Después de un par de comentarios, ya has dibujado en tu cabeza un retrato psicológico de esta persona y no te diste cuenta de que la cosa se puso algo personal. Piensas que estás enseñando una buena lección a un ignorante maleducado, e incluso te da un poco de placer.
De hecho: antes de sumergirte en una disputa, piensa si vale tu tiempo y energía. Cuando criticas a una persona, definitivamente no cambiarás su punto de vista, pero tampoco estás mostrando lo mejor de ti. Entonces, ¿a quién le quieres demostrar algo? ¿A ti mismo? Sin embargo, el hábito de criticar a los demás puede engancharte y convertirte en una personalidad asocial.
2. Otras personas te molestan e incluso te enojan a propósito con sus acciones
Siempre estás de buen humor a diferencia de los demás. Aparentemente, tu compañero de trabajo tiene problemas, ya que tiene cara de pocos amigos y crees que te falta al respeto. Ahora, debido a su comportamiento, también estás molesto, el trabajo se te va de las manos, ¡el día está arruinado!
De hecho: no debes proyectar tus pensamientos en otras personas, de lo contrario verás y escucharás lo que no tiene nada que ver con la realidad. Es aún peor perder el control de las emociones y culpar a alguien por eso. Además, si presionas a una persona, obligándola a disculparse por el hecho de que te causó molestias, entonces es casi seguro que el problema reside en ti mismo.
1. Cada vez pasas menos tiempo con tus padres y te molestan los asuntos familiares
Eres una persona adulta e independiente, el trabajo requiere mucho tiempo y esfuerzo. No tienes tiempo para visitar a tus padres, no tienes ganas de gastar todos los fines de semana en el ocio familiar. Para ti, este es un tiempo valioso para tomar tu merecido descanso.
De hecho: cuando una persona se aleja de su familia, es una señal preocupante. Nuestros padres no siempre estarán cerca, los niños crecen en un abrir y cerrar de ojos, y los amigos y parientes a veces se van repentinamente, y por eso, cada momento que pasemos juntos valdrá su peso en oro.
Si lo comprendes, pero no te complace la comunicación con tus seres queridos y familiares, es posible que el problema sea el agotamiento emocional y que necesites lidiar con algo en tu interior. Entonces, quizás, sea más fácil para ti hacerlo con el apoyo de un buen psicólogo.
¿Tuviste alguna oportunidad de conocer a una persona tóxica?