Es normal que nos hagamos expectativas en cuanto a las cosas. Y para ello solemos basarnos en el sentido común y nuestras experiencias previas. El problema viene cuando la realidad agarra cruelmente ese sentido común y lo vuelve añicos, dejándonos decepcionados en el proceso. Sin embargo, esto tiene su lado bueno: muchas de estas situaciones son sumamente graciosas (cuando no te pasan a ti). ¡A continuación te mostramos una colección de ellas!