Camboya, Mauritania, Borneo, Bután y la India poseen algo en común, tienen algunos de los rituales amorosos más raros del planeta. Para nosotros algunas de las costumbres de estas culturas son tan extrañas que imaginarnos en alguna de estas situaciones sería una pesadilla y sin duda agradecemos no haber nacido en ninguno de estos lugares:
1 – En Camboya, padres construyen cabañas para que sus hijas mantengan encuentros fortuitos con otros hombres.
Cuando una joven de la tribu Kreung alcanza la mayoría de edad, es toda una tradición que sus padres le construyan una pequeña cabaña para alejarla de la residencia principal – más o menos como hacerse de un terrenito en la casa de sus padres. Excepto que las llamadas “cabañas del amor” de este pueblo camboyano sirven a un propósito algo diferente: para que las adolescentes puedan tener todas las relaciones sexuales que deseen, sin que sus padres tengan que escucharlas (y viceversa, ¿cierto?).
En la cultura Kreung, las adolescentes son incentivadas para que den acogida al mayor número de hombres adolescentes con el fin de encontrar esposo. Básicamente pueden revolcarse con todo el pueblo, solo que el estigma asociado al sexo prematrimonial queda totalmente confinado a las cabañitas del amor (idea para nombre de un motel). Si una chica está interesada en algún joven, ella lo invita a su club privado para pasar una noche intima que puede o no resultar en sexo, dependiendo de que tan bien salgan las cosas. Independientemente del resultado, el joven tiene que salir del lugar antes de que amanezca, dado que una pareja no está autorizada a ser vista en público, a menos que sea una pareja oficial.
Las adolescentes tienen el control completo del proceso, con jóvenes abandonando obedientemente las cabañas del amor si ellas deciden que no hubo química. Existe poca evidencia de violencia y los informes de violación son inexistentes. Si una adolescente termina embarazada de uno de sus visitantes y decide no casarse, el hombre a quien ella elija tendrá que criar a ese niño como propio, sin reclamos.
Y aunque una cantidad considerable de relaciones sexuales tengan lugar en las cabañas del amor, este no es, de ninguna forma, su único fin. Las construcciones existen para proporcionales a las jóvenes una forma segura de encontrar un legítimo compañero para la vida, contando con la confianza de sus padres para que tomen las decisiones que las ayudarán a encontrar una relación amorosa. Y parece que funciona, ya que el divorcio es prácticamente un acto desconocido en esta cultura.
2 – En Mauritania, las mujeres próximas a casarse tienen que engordar.
En nuestra deteriorada cultura occidental es toda una costumbre que las mujeres se sometan a traumáticas dietas alimenticias con el único objetivo de entrar en el vestido de novia. Después de esto se dejan engordar como si no hubiera mañana. Bueno, en Mauritania es al revés. En este país de África Occidental, se requiere ser una mujer corpulenta y de boca hábil para atraer a los hombres.
En las zonas rurales de Mauritania, la creencia general es que entre más gorda sea una mujer, mejor esposa será. El ser gordo se considera un símbolo de status y riqueza, y se cree que si un marido tiene una esposa corpulenta, es porqué cuida bien de ella. En resumen, es una realidad tan opresiva como la cultura de la esbeltez, allí el tamaño de las damas también funciona como una moneda de cambio.
Para lograr su objetivo, de la misma forma que las mujeres de nuestra cultura pasan por sesiones de temazcal y brebajes hechos a base de chía para adelgazar, en algunas zonas de Mauritania aún existen las “granjas de engorda”, en las que las mujeres más ancianas de la comunidad toman prisioneras a las jóvenes y las obligan a consumir litros y litros de leche y cuscús hasta que encajan en el patrón deseado. En algunos casos extremos, las niñas son castigadas con una paliza en caso de que no se terminen los alimentos.
Recientemente el gobierno inició una campaña de erradicación de la práctica enviando a profesionales de la salud para alertar sobre los peligros de la obesidad, e incluso difundió nuevas canciones populares sobre las mujeres bellas y esbeltas, para sustituir a las tradicionales canciones populares sobre las princesas rompecatres. Y, supuestamente, el objetivo es dejar intacta la idea de que las mujeres más pesadas son deseables; en lugar de eso, el mensaje es que secuestrar y forzar a alguien a comer hasta que su cuerpo se infle considerablemente es algo peligrosamente irresponsable y debería ser ilegal.
Obviamente, el método más eficaz y expedito que han empleado para cambiar la mentalidad cultural es combatir la práctica de las “granjas de engorda” mediante el flujo de novelas occidentales, que están llenas de actrices flacas envueltas en ropas elegantes – lo que no parece ser una gran idea, ya que nuestro lado tampoco es de lo mejor.
3 – En Borneo, los recién casados no pueden ir al baño durante tres días.
En diversas culturas, el camino que lleva hasta la noche de bodas es el momento más estresante para una pareja de novios. Tras una ceremonia tediosa y después de que el pastel fue atacado por los primos de tres años de edad que ellos nunca conocerán, llega la hora de relajarse, quitarse los zapatos, guardar el vestido en una caja y ejecutar unas cuantas colisiones pélvicas para fabricar un niño. Sin embargo, para el pueblo Tidong, de Borneo, la boda es la parte fácil. Después de condenarte por el resto de tu vida, lo mejor es que tengas una vejiga del tamaño de un barril, pues ni tú conyugue ni tú tienen el permiso de visitar el sanitario durante los próximos tres días.
Por algún motivo, los Tidong llegaron a la conclusión de que evacuar las entrañas durante los tres primeros días de vida en pareja puede resultar en un matrimonio fallido, infertilidad o incluso la muerte prematura de los hijos. La costumbre también es una oportunidad para que la nueva pareja se conecte – y es que no hay nada que cree lazos más poderosos que estar encerrado en una habitación durante tres días con alguien que quiere soltar los demonios tan desesperadamente como tú.
Para cerciorarse de que la feliz pareja no traicione su responsabilidad, los miembros de las familias y algunas personas de la comunidad tienen la tarea de mantenerlos prisioneros en sus casas y de servirles apenas una cantidad mínima de comida o bebida. Ya sabes, para que el sufrimiento real de ir al baño se vea ofuscado por el dolor del hambre agonizante.
Después del fin de esta tortura para la vejiga y el recto, la pareja finalmente es liberada para hacer la visita al baño más placentera de toda su vida. Quizá después de algunos meses se pueda olvidar esta situación totalmente embarazosa como para volver a estar con el conyugue en la misma sala nuevamente.
4 – En Bután, los hombres invaden las casas de las mujeres y se cuelan hasta sus camas.
Los jóvenes en Bután participan en un ritual conocido como “cacería nocturna”, que no es más que un eufemismo romántico para “rondar vecindarios al azar hasta encontrar una casa con una mujer soltera, invadir la casa en cuestión, entrar en su habitación e intentar convencerla de que vaya a la cama contigo”. Esta práctica también se conoce en muchas sociedades como “algo que puede hacer que vayas a prisión, recibas un disparo o ambas cosas”.
La caza nocturna inició como una tradición en la parte oriental del país, pero se popularizó esparciéndose rápidamente por toda la nación. En muchas ocasiones, estos actos se realizan en un esfuerzo colaborativo – un grupo de hombres se reúne por las tardes y vagan por las calles hasta encontrar una casa con una potencial amante.
Y por supuesto que, aunque la práctica sea un método aceptable de ligue entre los adolescentes, hay otros a quienes les parece menos romántica: los padres de las niñas. Por ello, estos Romeos modernos, expertos en allanamiento de morada, muchas veces tienen que enfrentarse con portones cerrados, ventanas con rejas y perros de vigilancia, lo que probablemente no consigue detenerlos.
Lo creas o no, todavía no llegamos a la parte más loca: si durante una caza nocturna particularmente inspirada, un hombre es atrapado intentando entrar en una casa, es obligado a casarse con la muchacha que pretendía visitar. En este caso, es el equivalente amoroso de atrapar a alguien robando un trozo de pizza y castigarlo forzándolo a comerse la pizza entera.
El embarazo, como en tantos otros lugares, se trata con un castigo. Un butanés, entrevistado respecto a la caza nocturna, cuenta: “Sí, hubo casos de algunos que embarazaron a las mujeres, en ese caso ellos tuvieron que pagar una multa a la familia, como limpiar un campo o casarse”. Así mismo, el castigo por invadir la casa de alguien y embarazar a su hija puede ir desde un casamiento a la fuerza a trabajar en su patio trasero.
5 – En la India, personas se casan con árboles para prevenir una desgracia cósmica.
Si vives en la India y encuentras a esa persona ideal que te hace sentir mariposas en el estómago, lo mejor que puedes hacer es esperar para que Marte no tenga nada contra esta relación. La astrología es una parte importante de la cultura hindú y si tú pareja o tú nacen bajo la influencia de Marte, hay una buena probabilidad de que tu matrimonio termine por falta de armonía, fracaso o muerte. Ninguno de estos resultados se excluye mutuamente.
Hay un camino a seguir para que aquellos que son considerados influenciados por Marte (o manglik) se liberen de tan mala suerte. Antes de unirte en matrimonio con tu pareja, debes casarte con un árbol.
Y no creas que es un dicho – estamos hablando de un árbol real, específicamente un plátano y, bueno, aquí no estamos para cuestionar los detalles de este remedio para librarse de la furia del planeta rojo. De forma alternativa, puedes casarte con una estatua del dios Visnú, siempre y cuando esté hecha de plata u oro, pero los plátanos seguramente son más fáciles de conseguir. Además, aunque no lo creas, hay una explicación sorprendentemente razonable para esto.
La lógica tras estas bodas vegetales es que si un manglik se casa primero con un determinado objeto inanimado (como una estatua o un plátano), la ira de Marte caerá sobre ese objeto, en lugar del infeliz conyugue. Esta ira cósmica aparentemente se limita al primer matrimonio y las nupcias subsecuentes deberían estar libres de la maldición.
Podría parecer solamente una superstición, pero es una tradición tan común que la actriz de Bollywood y ex Miss Mundo Aishwarya Rai, se casó con un árbol antes de su matrimonio con un humano, después de haber descubierto que era una manglik. Desde entonces, ha sido objeto de ataques por tomar parte de una costumbre que está innegablemente relacionada a la práctica india ilegal de discriminación de castas y la única ventaja que ella puede tener es que Marte no terminará matando a su marido.
¿Que te parece?