Aunque no lo puedas creer…
El entierro en vida sigue siendo una forma de tortura en muchos países, en muchos casos puede ocurrir por accidentes involuntarios o bien por una defunción mal diagnosticada que sentencia a las pobres víctimas a morir en un ataúd.
Sin duda alguna, esta es una de las muertes más temidas entre las personas, el hecho de sentirte impotente mientras ves pasar tus últimos minutos de vida encerrado en una caja hiela la sangre de cualquiera y por increíble que suene, es un hecho que se ha documentado muy bien por la cantidad de veces que se repitió… Aquí te mostramos 10 historias registradas sobre personas que fueron enterradas en vida.
Dales un vistazo:
1. Angelo Hays.
En 1937, Angelo, un chico francés de 19 y de carácter intrépido sufrió un terrible accidente mientras conducía una motocicleta cerca de su pueblo. Durante el impacto tuvo la mala fortuna de golpear con la cabeza una pared de ladrillo haciendo que quedase totalmente inmóvil en el suelo. Sin albergar ningún tipo de duda, Angelo fue declarado muerto y enterrado tres días después del accidente. Casualmente, una compañía de seguros comprobó que el padre de Angelo había asegurado recientemente la vida de su hijo por 200.000 francos, por lo que un inspector fue enviado para investigar la denuncia.
El inspector hizo exhumar el cadáver de Angelo apenas dos días después de enterrarlo para confirmar la causa de la muerte para encontrar algo sorprendente. ¡Angelo no estaba muerto! Cuando el doctor le quitó la mortaja pudo comprobar que Angelo aún estaba caliente y su corazón palpitaba con esfuerzo. Lo llevaron inmediatamente a un hospital, donde tras varias operaciones e innumerables horas de rehabilitación consiguió recuperarse por completo. Desde entonces, Angelo decidió inventar un ataúd que contase con alertas de seguridad para asegurar la supervivencia de una persona enterrada de forma prematura.
2. Mr. Cornish.
Tras morir aparentemente por una fiebre a los 80 años, Cornish fue enterrado bastante rápido como era tradición en aquel tiempo. El sepulturero había realizado la mitad del trabajo cuando decidió tomarse un descanso para echar un trago. Mientras charlaba con algunas personas que visitaban el cementerio pudo oír algunos gemidos ahogados procedentes de la sepultura de Cornish.
Aunque varias personas trataron de salvar a Cornish antes de que se quedase sin oxígeno en su ataúd, lamentablemente el sepulturero había hecho bien su trabajo. Cornish murió ahogado con las rodillas y los codos ensangrentados en un inútil intento por escapar. Esta historia asustó tanto a la hermana de Cornish que pidió a sus parientes que la decapitasen cuando falleciese para no correr el mismo destino.
3. Mina El Houari.
En mayo de 2014, una mujer francesa de 25 años llamada Mina El Houari había estado en Marruecos para conocer a un pretendiente con el que había estado chateando varios meses. Desgraciadamente para Mina, su bonita historia de amor no tendría un final feliz como ocurre en los cuentos de princesas.
Mientras compartía una noche fantástica con su pretendiente, Mina se derrumbó sobre el suelo sin ningún aviso previo a causa de un coma diabético. En lugar de llamar a la policía o a una ambulancia, el hombre tuvo la genial idea de enterrarla en su jardín tras asumir que Mina había fallecido. Pasaron unos días antes de que la familia de Mina ordenase la búsqueda de su hija y volara hasta Marruecos para encontrarla. La policía marroquí finalmente pudo localizar el cuerpo de Mina y a su asesino. Una vez encontrado, el príncipe de esta historia confesó su crimen y fue acusado de homicidio.
4. ¡Entierro voluntario!.
En 2011, un hombre ruso de 35 años de edad decidió ponerse a prueba nada más y nada menos haciendo que lo enterraran vivo para comprobar si era capaz de sobrevivir. Con la ayuda de un amigo cavó una tumba cerca de la ciudad de Blagovéshchensk e introdujo un improvisado ataúd que contaba con algo parecido a unos conductos de aire, una botella de agua y un teléfono móvil.
Una vez que el hombre entró en el ataúd, su amigo lo cubrió con casi un 30 centímetros de tierra y se fue. El hombre llamó a su amigo una sola vez para confirmar que se encontraba bien, sin embargo, cuando su amigo volvió para liberarlo a la mañana siguiente, el curioso aventurero estaba muerto. Al parecer, los conductos de aire pudieron obstruirse a causa de la lluvia que hubo durante la noche sentenciando al hombre a morir asfixiado. Una vez más comprobamos que la estupidez humana no conoce límites.
5. Lawrence Cawthorn.
Tal y como cuenta una historia nacida en 1661, un carnicero de Londres llamado Lawrence Cawthorn que cayó fatalmente enfermo fue enterrado antes de tiempo debido a que su casera estaba ansiosa por heredar sus pertenencias tras su muerte. Al parecer, La mujer se encargó de que lo declararan muerto sin consulta médica y de que lo enterraran en una capilla cercana el mismo día del fallecimiento. Poco tiempo después de completar la sepultura, los dolientes oyeron unos gritos desgarradores que provenían del interior de la tumba. A pesar de que se apresuraron para desenterrar a Cawthorn, al pobre carnicero no volvió a ver la luz del día.
La imagen del pobre hombre con los ojos hinchados y la cabeza ensangrentada a causa de los golpes que se dio contra el ataúd en un intento de escapar dejó sin aliento a todo el mundo de la sala. Su casera fue acusada de asesinato y la historia se convirtió en leyenda durante cientos de años.
6. Mrs. Boger.
En julio de 1893, la esposa de un granjero de Pensilvania llamado Charles Boger murió repentinamente por causas desconocidas. Tras la confirmación de los médicos, la mujer fue enterrada inmediatamente. Como podrás esperar, aquí no acaba la historia. Algún tiempo después del fallecimiento, un viejo amigo la esposa le dijo a Charles que su mujer había sufrido de histeria antes de que él la conociera, por lo que cabía la posibilidad de que no hubiera muerto. El pensamiento de que su mujer pudiese haber sido enterrada viva persiguió a Charles hasta la locura.
Incapaz de vivir con el pensamiento de que su esposa había sido enterrada en vida decidió exhumar su cuerpo para confirmar sus temores. Lo que encontró fue aterrador. El cuerpo de la señora Boger estaba totalmente deformado. Su ropa estaba destrozada y el cristal que cubría el ataúd estaba roto y esparcido por todo su cuerpo. Tenía la piel ensangrentada y desgarrada. Los dedos habían desaparecido por completo. Al parecer los podía haber machacado mientras intentaba escapar de su trampa mortal. Nadie sabe qué le sucedió a Charles Boger después del fatídico descubrimiento.
7. Octavia Smith Hatcher.
A finales de 1800, la ciudad de Pikeville, Kentucky, se vio sacudida por una enfermedad desconocida dando lugar al trágico caso de Octavia Smith Hatcher. Tras el fallecimiento de su hijo Jacob, Octavia se vio obligada a quedar postrada en la cama donde comenzó a enfermar poco a poco hasta que entrar en coma.
Poco tiempo después fue declarada muerta por causas desconocidas mientras todavía estaba en su cama, desgraciadamente para ella, las personas de su entorno decidieron enterrarla con diligencia sin saber que, apenas una semana después de su entierro, muchos de los habitantes de la ciudad que se habían visto afectados con la misma enfermedad debilitante que les llevó a un comatoso comenzaba a despertar.
Tremendamente horrorizado, el marido de Octavia temió haber enterrado a su mujer mientras esta aún respiraba, por lo que corrió hasta su tumba para descubrir si sus peores temores eran acertados. Resultó ser una pesadilla, el revestimiento interior del ataúd estaba completamente despedazado, las uñas de Octavia estaban destrozadas y ensangrentadas, el hermoso rostro de la mujer mostraba congelado una mueca de sufrimiento propia de una persona que había despertado para darse cuenta que había sido enterrada viva.
8. La niña que sobrevivió…
Tal y como cuenta Alok Awasthi, el tío de la protagonista de esta historia, una pareja que vivía cerca de la pequeña convenció a la niña de que su madre quería que los acompañase hasta un pueblo cercano. La pequeña de solo 6 años accedió sin reservas, sin embargo, cuando la pareja llegó a un extenso campo de caña de azúcar estrangularon a la niña y empezaron a enterrarla por alguna razón que aún hoy se desconoce.
Afortunadamente, algunos de los aldeanos del lugar sospecharon de la pareja de desconocidos, y cuando los vieron volver sin la pequeña decidieron ir a buscarla para encontrarla inconsciente y sin respiración en una tumba poco profunda. La niña fue llevada rápidamente a un hospital donde recuperó el conocimiento y fue capaz de identificar a sus secuestradores. Al parecer, la pequeña no recordaba haber sido enterrada viva. Aunque los captores nunca fueron encontrados, esta historia no tuvo un final trágico.
¿Te imaginas que te pasa a ti?