¿El físico o la personalidad? ¿Qué es lo que de verdad nos gusta de la otra persona? Al parecer ninguna de las dos, ya que un grupo de investigadores alemanes llegó a una valiosa conclusión.
De acuerdo a un estudio publicado en la revista PNAS, realizado por expertos de la Universidad de Lübeck, no es el la apariencia ni la personalidad, ni la simpatía del otro lo que nos hace sentirnos fuertemente atraídos, es la capacidad que tenemos de comprender las intenciones del otro.
Según los investigadores, el hecho de que podamos traducir y entender lo que la otra persona siente nos hace sentirnos mucho más a gusto.
“Ser capaz de comprender las intenciones y emociones de otra persona es esencial para una interacción social exitosa”, explicó Silke Anders, autora del estudio.
“Para llegar al éxito común, las personas deben entender y continuamente actualizar las informaciones sobre las intenciones y emociones de sus parejas, anticiparse al comportamiento de los otros y adaptar su propio comportamiento en consecuencia”
Pero, ¿Cómo llegaron a esta conclusión? El grupo de investigadores realizó un experimento con la ayuda de 90 personas. En el, le pidió a los participantes que vieran videos de mujeres expresando miedo o tristeza, y luego de ver los clips, debieron descifrar qué sentía cada mujer.
Los expertos determinaron que mientras más certera era la interpretación, más atraídos se sentían por esa persona y se activaba el área de recompensa del cerebro.
“Creo que lo que hace que nuestros hallazgos sean realmente emocionantes es el hecho de que la comprensión y la atracción personal parecen depender tanto del cerebro del remitente como del cerebro del perceptor, y de lo bien que coinciden entre ellos” dijo Anders a la revista Time.
“Si las señales emocionales enviados por un emisor, por ejemplo una expresión facial de miedo o tristeza, pueden ser procesados de manera eficiente por el cerebro del receptor, entonces su sistema de recompensas se disparará y se sentirán atraídos por el remitente” explicó.
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Fuente: BioChile