








El amor puede ser frágil, puede romperse, puede apagarse. El amor sólo es fuerte cuando se alimenta, cuando se cuida. Puedes amar mucho a alguien, al punto de creer que es la persona de tu vida, pero si las cosas no van funcionando, no hay solución y sientes que la relación no tiene futuro, entonces debes tomar una decisión. A veces dejas de luchar, simplemente, porque no quieres hacer daño, ni a ti ni a esa persona, y también porque crees que la relación que estás teniendo no te hace bien, no te da esperanzas, no es duradera, por mucho amor que le tengas a esa persona.
Una persona que ama de verdad sí es capaz de dejar a su pareja por miles de razones, pero las principales siempre serán las mismas. Eso sí, todo dependerá de si esa persona está dispuesta a luchar por la relación. Si no es así, entonces el amor se vuelve frágil.

Lo han intentado todo, pero las cosas siempre resultan de otra manera cuando quieren estar juntos. Los kilómetros de distancia se hacen cada vez más difíciles de superar y las ganas de luchar se van apagando. No tienen tiempo de calidad y el cariño y las caricias ya casi no existen, porque la distancia no se los permite. Y te agotas. Y comienzas a alejarte de esa persona porque sufren demasiado al no poder verse ni estar juntos físicamente.

Todo, desde el momento en que se miran. Debes cuidar tus palabras, tus actos, tus gestos, porque todo enoja a tu pareja. Es como vivir amarrado y controlar quién eres. En lugar de discutir todo el tiempo con tu pareja siempre es mejor que conversen. Ahora, si sientes que la relación está rota por tantas discusiones y rupturas, entonces a veces es mejor que des un paso al lado, sobre todo si no hay solución de ningún modo.

Los celos son parte de la inseguridad. Pueden ser inocentes, como cuando sientes celos por alguien que se acerca demasiado y coquetea con tu pareja. O extremos, cuando le haces escándalo por todo a quien amas. Eso ya es posesión y no es sano. Si sientes inseguridad por alguien díselo a tu pareja, aunque también ella debería darte seguridad y hacerle entender a otras personas que tiene una relación y no quiere arruinarla. Es cosa de ambos, si no te dan motivos, jamás vas a sentir celos excesivos.

Que si te ama, que si quiere estar contigo. Que si será capaz de apoyarte en todo. Que qué pretende contigo. Son las típicas preguntas que surgen cuando estás enamorado. Sin embargo, si esa persona provoca que te las preguntes constantemente y no te demuestra que te ama realmente, entonces el amor comienza a apagarse poco a poco. Por algo dicen que “quien mucho se ausenta, pronto deja de hacer falta”.
Eso sí, las dudas siempre tienen respuesta y si tu pareja es capaz de responderlas y buscar una solución, entonces no cometas la locura de terminar la relación porque sí.

Ninguno de los dos quiere casarse o tener hijos, ni tampoco vivir juntos. Aunque se aman, jamás han pensado en la idea de dar el siguiente paso porque creen que es necesario. La idea es válida, claro, pero a veces uno de los dos va a querer formalizar o pensar en el futuro y si no cuenta con la persona que ama es capaz de dar un paso al costado, porque verá que la relación no tiene sentido.
Debido a la publicidad en contra de la cirugía plástica, muchos la asociamos a enormes pechos de silicona, labios exageradamente gruesos e incluso casos en los que los pacientes han muerto. Pero esto no siempre es así. De hecho, en la mayoría de los casos, los médicos logran devolverle la salud y la belleza a sus clientes.
Veamos a estas 15 personas con suerte que se convirtieron en el orgullo de los cirujanos debido a sus exitosas cirugías plásticas.















El hecho de que en China existe una increible cantidad de personas, lo saben todos. Pero no tienes idea de cuántas. Al caminar en lugares públicos, y en las horas punta, los chinos tienen que literalmente ir codo a codo con los demás. ¿No crees? Entonces vale la pena que eches un vistazo a estas fotos, tomadas en diferentes ciudades del mundo.
¡Los introvertidos, es mejor que se alejen de la pantalla!




















Ocultar información -por más vergonzosa que sea- a un ginecólogo puede ser contraproducente para un buen diagnóstico. En este sentido, un artículo de la revista femenina Cosmopolitan señala éste y otros errores comunes que los médicos de esta área ven una y otra vez y que quieren que las pacientes dejen de hacer.
A continuación revisa cuáles son esas cosas que están impidiendo que recibas una atención de calidad.
Nunca haber tenido relaciones sexuales no es motivo para postergar la visita al ginecólogo. El Congreso de Obstetras y Ginecólogos de Estados Unidos recomienda programar tu primera cita con este profesional entre los 13 y 15 años.
Aunque es probable que no te hagan un examen pélvico, se podrá evaluar tu historial médico y te ayudarán con cualquier problemas que pudiera haber, señala la ginecóloga estadounidense Serena Chen.

Aunque es difícil hablar de tu zona íntima, nada de lo que digas a tu ginecólogo será motivo para que te juzgue o lo asombre.
“Lo importante es ser honesta con tu médico y hacerle saber todo lo que está pasando, en lugar de quedarte con dudas” dice la doctora Chen. Ella señala que si hay algo que te avergüenza mucho, puedes llevarlo anotado para que te sea más fácil recordarlo y abordarlo.
Además, no debes temer usar los términos que sean más cómodos para ti, ya que no será nada que el profesional no haya oído antes.
Chen recomienda no confiar en los productos que prometen que tu zona íntima olerá a flores. “Los productos íntimos muy fuertes en realidad están asociados con mayores tasas de enfermedad inflamatoria pélvica”, indica Chen, añadiendo que los “sprays desodorantes para la zona genital pueden causar irritación o reacciones alérgicas, y pueden crear un desequilibrio en la química de la vagina y dar lugar a mayores tasas de sobrecrecimiento bacteriano o crecimiento excesivo de hongos”.
Si sientes que tu zona íntima huele mal, anda a ver a un médico en lugar de comprar productos con exceso de perfumes. Lo mejor para lavar esa área es jabón suave y agua. No necesitas nada más.

Chen afirma que al médico no le importa si tienes un depilado brasileño o andas al natural. “Mis pacientes siempre están pidiendo disculpas por no afeitarse de antemano, y realmente eso no hace la diferencia”, dice Chen.
Además, depilarse antes de una cita al ginecólogo puede entorpecer el diagnóstico, y hacer que no se pueda observar bien si hay infección, al verse la inflamación propia de una depilación reciente.
Cuando tienes síntomas de infección urinaria -molestias al orinar, por ejemplo-, debes ir inmediatamente al médico y no perder el tiempo con remedios caseros.
“Una infección urinaria puede ir a los riñones, por lo que debe considerarse urgente”, advierte Chen, señalando que si no puedes conseguir una hora con un ginecólogo tan pronto, puedes ir a un médico general o consultorio, para que te hagan un examen de orina y prescriban fármacos.

Esta práctica contribuye a sugestionar al paciente y llevarlo a un diagnóstico errado. El buscador no conoce tu historial médico ni factores de riesgo, como un profesional sí lo haría.
“El Dr. Google es ideal para tener una conciencia de la salud general, pero para un consejo de salud real, tienes que ver al médico”, dice Chen. Si no te aguantas y revisas igual, al menos procura ir a páginas de salud oficiales y no sitios de dudosa procedencia y confianza.
Si tienes calambres severos, o un flujo súper abundante o cambios de humor intensos, tu ginecólogo debe saberlo. “La gente no debería estar sufriendo cada mes. Hay un montón de cosas que se pueden hacer, por lo que definitivamente debes ser evaluada. Por lo general, es algo simple que se puede tratar”, dice Chen. Además, existe la posibilidad de que realmente se trate de algo más serio como endometriosis, así que debes consultar.

No te sientas raro hablando de métodos anticonceptivos, tu médico es la persona indicada para ayudarte a elegir el ideal para ti para protegerte de un embarazo no deseado y/o de enfermedades de transmisión sexual.
“Nunca está de más llamar y preguntar ‘Estoy en mi periodo, ¿está bien si voy?’”, dice Chen. Hay ocasiones en que es mejor esperar (cuando se tomará un PAP o se hacen otros exámenes, por ejemplo), pero en otras no es necesario. “Siempre me gusta cuando la gente viene de todas formas”, dice Chen.
Cuando el motivo de tu consulta al ginecólogo es un ciclo irregular o un sangrado es muy abundante, tal vez el médico prefiera examinarte estando con el periodo. Por eso, es bueno preguntar antes al profesional.
Las personas que verán a continuación son sujetos comunes, pero que a la vez esconden grandes ideas, quién lo diría que ante la adversidad pueden aflorar ideas dignas de un genio como en el caso de estas 15 imágenes, realmente y contra todo pronóstico son merecedores de mi admiración y halagos, es más estoy segura que dejarían en ridículo al mismísimo MacGyver, echa un vistazo:















¿Quién dijo que Halloween es solo para los niños?… Porque la realidad es que a veces los adultos la pasamos mucho mejor que algunos niños.
Si estas planeando ir a una fiesta y todavía no tienes tu disfraz, no te preocupes, todavía estas a tiempo de impresionar a tus amigos con un disfraz muy original.
Aunque existen cientos de ideas geniales para disfraces, a continuación queremos compartirte 19 de los disfraces más originales para Halloween que hemos visto.



















La periodista Amy Chavez ahora vive en una pequeña isla japonesa Shiraishijima y lleva columnas de autor en varias editoriales donde habla del misterioso Japón.
La persona que viaja a Japón por primera vez, de inmediato se impresiona con el orden público y la eficiencia con la que funciona todo.
La limpieza en las calles, los trenes que llegan segundo a segundo, las personas son tranquilas y educadas pero, a la vez, ligeramente excéntricas, lo cual les da un encanto especial (por ejemplo, la pasión por cosplay, el helado con sabor a tallarines de pollo o una lotería donde te puedes ganar un burguer de 5 pisos).
Pero, hablando en serio, cualquier viaje a Japón, incluso el más corto, puede influir seriamente en tu vida y tu visión del mundo. Nadie regresa de Japón siendo la misma persona. En este post encontrarás mis propias conclusiones y observaciones de los turistas que entrevisté.

Lo primero que aprendes en Japón no solo es aceptar la ayuda sino también hacer un gesto a cambio. Recuerda cuántas veces querías escribirle una nota con agradecimiento o una tarjeta para cumpleaños de alguien pero no lo hiciste. En Japón esto no podría pasar: aquí las buenas relaciones son imposibles sin intercambio de gestos cordiales.
Por otro lado, en este país no es necesario hacer el favor equivalente al que te hicieron. Por ejemplo, si alguien te ayudó a mover tu sillón durante una mudanza, será suficiente ofrecerle una lata de refresco. Y todos estarán contentos y felices.
En el punto anterior los agradecimientos no se acaban. Los japoneses nunca olvidan decir “gracias“ por tu ayuda en el próximo encuentro. Nos puede parecer exagerado pero qué lindo se siente cuando te dicen: ”Oye, me ayudaste tanto el otro día con el sillon, ¡muchas gracias!”. Es tierno, ¿verdad?

En la cultura japonesa los buenos modales se valoran mucho más que en la occidental. Si pediste camino en la calle, a los peatones no les dará pereza dibujarte un mapa, y el dueño de la tienda más cercana incluso puede dejar su negocio para acompañarte un poco. Los buenos modales para los japoneses significan cultivar en sí el altruismo: cuando le ayudan a alguien en la calle, olvidándose de que tienen prisa, no piensan “¿Para qué lo necesito?”
La mejor manera de mostrarles a tus seres queridos lo mucho que significan para ti es pensar en su comodidad más que en la tuya. Darle a un amigo la rebanada más grande del pastel, dejar que su hermano se siente en el lugar más cómodo del restaurante, ubicar a los invitados en la mitad de una foto, hornear un pastel para compartirlo con los vecinos: todo es muy común para los japoneses.
En una casa tradicional japonesa existen lugares especiales para los invitados, enfrente del nicho tokonoma donde se ubican las cosas más bonitas: grabados antiguos, cerámica o una ikebana sofisticada.

Si tus compañeros de trabajo van a un bar después del trabajo, todos están invitados, no solo “un círculo especial“. Allí son imposibles los momentos incómodos cuando alguien se entera de que una fiesta pasó sin él. Si toman una foto común, reúnen a todos los que están presentes, sin importar si son familiares, amigos o personas desconocidas. Esta actitud permite entrenar la tolerancia hacia aquellos que no se parecen a ti.
Existe un dicho: ”El que se fue a Sevilla, perdió su silla” (Finder’s keepers, losers weepers en inglés). Esto no aplica en Japón. Si alguien perdió un paraguas o algún otro objeto en la calle, al regresar lo encontrará en el mismo lugar o en la banca más cercana. ¡Tomar cosas ajenas es vergonzoso!
Los turistas de otros países destacan que por las noches en las calles de las ciudades japonesas se pueden ver muchos empleados de oficina completamente embriagados (a veces también de día). Lo interesante es que beber licor en Japón es algo totalmente seguro porque las peleas en bares son poco usuales. Si planeas divertirte mucho puedes no temer que a la mañana siguiente te despiertes con un ojo morado, una manga rota o sin cartera. Es por eso que los ebrios tranquilos en trajes bonitos duermen por las mañanas de sábado en bancas del parque para despertarse e ir a casa como si nada hubiera pasado.

Las excelentes vías ferrocarriles (y el sistema de transporte en general), los correos que funcionan como reloj, el excelente sistema de salubridad… son ejemplos perfectos de las áreas controladas por el gobierno. Es difícil imaginar que el sector privado pudiera hacer un mejor trabajo.
La sociedad japonesa fomenta la humildad y no ama a aquellos que exigen algo. Las personas esperan en filas largas porque así se acostumbra y nadie entra en debate ni se pelea. Los conductores no se ponen agresivos ni quieren rebasar a nadie en el camino. Nadie habla de forma enojada o suspira escépticamente “qué tontos están todos“, no encontrarás miradas insolentes ni expresiones faciales tipo ”no te me acerques, que te mato“. Muy pronto los viajeros se dan cuenta de que se sienten cómodos y les encanta respirar el aire de la tranquilidad.
Antes de darte su valiosa opinión, los japoneses te darán la oportunidad de dar tu punto de vista primero. Son excelentes oyentes. Escuchar a los demás, y no intentar dominar en una conversación es muy importante. Así cultivamos en nosotros la paciencia y objetividad, aprendemos a valorar la opinión ajena. Los japoneses hablan de cualquier tema por más difícil que pueda parecer, no discuten con rabia intentando dominar a su interlocutor.
En el fondo de alma, cada quien cree que su país es el mejor. Por eso demostrarle a un extranjero que tu país es el mejor es simplemente inútil. Y tampoco existe un lugar llamado “el mejor país del mundo”.

En inglés (en español no) existe una palabra igual a la japonesa Ganbaru. Muchas personas dejamos lo que habíamos empezado al descubrir que requiere más fuerza, tiempo y dinero de lo que parecía al principio. En Japón inician cualquier asunto para llevarlo al final y aplicar todas las fuerzas para eso. Japón cultiva en personas Ganbaru, simplemente porque todos se comportan así.
Si un japonés te ha prometido algo, puedes estar seguro de que lo hará. ¡Bajo ninguna circunstancia lo olvidaría! Llegará a tu evento incluso si está lloviendo. Es inaceptable no cumplir un compromiso con un japonés, si por algún motivo no logras hacerlo, debes llamar con anticipación y pedir excusas o enviar a otra persona en tu lugar.
Durante el Mundial de futbol en Brasil en 2014 los aficionados japoneses sorprendieron a todo el mundo con la limpieza inusual que reinaba en su sector el estadio. Si conoces bien Japón, esto no te sorprenderá; las personas aquí siempre limpian hasta el último papel. Durante la floración de sakura, los japoneses hacen muchos picnics en parques, pero no verás ni un vaso tirado.
Y si invitaste a alguien, puedes estar seguro de que te ayudarán a limpiar la mesa e incluso lavarán los platos. Es algo muy común ver como un contador barre el estacionamiento frente a la oficina, o los vecinos organizan jornadas de limpieza.

Si necesitara elegir solo una palabra para describir a los japoneses, elegiría “elegancia”. Todos, sin importar su procedencia e ingresos se comportan de forma sofisticada. Nadie, por ejemplo, apuntaría con un dedo la cosa que le interese, en vez de esto haría una señal elegante con la mano. Esto aplica para todo: se visten bien; en primer lugar, por respeto a los demás, saludan a todo el mundo con una sonrisa amistosa; y si te entregan alguna cosa, lo hacen sin vacilar, con ambas manos y mirando tu cara.
Una de las lecciones importantes que los extranjeros aprenden en Japón es la exactitud, que es la muestra del respeto hacia los demás. Es más, gracias a la precisión japonesa todo en este país, empezando con máquinas y terminando con personas, trabaja segura y eficientemente.
Está claro que a nadie le gusta que le digan que hacer y cómo hacerlo, pero tenemos que admitir que aunque nuestros padres a veces se pasan de fastidiosos, siempre nos dan lecciones valiosas y en las siguiente notas verás que a pesar de ser así también tienen su lado divertido. Ahora sigue leyendo y muere de la risa con estas chistosas notas de padres para sus hijos.

No cabe duda que las madres siempre saben qué hacer, sino salió un pastel entonces que sean crutones.

No tienes escapatoria ¡te lo comes o te lo comes!

Aunque no lo hizo muy bien que se diga.

Lo siento ya no hay servilletas.

Y también nos dicen las cosas aunque nos duelan.

De alguna manera obtienen lo que quieren.

Siempre está pendiente de que nada se te olvide.

Las mamás nunca dejarán de ser tan divertidas.

Aunque te cueste aceptarlo, ella nunca se equivoca.

Nadie te conoce como ella, por eso dejan estos avisos para distraídos.

Siempre están ahí para ayudaros a recordar que no vivimos solos.

Odiamos que nos den consejos, pero para eso están ellos.
Existen suertudos que logran equilibrar la ecuación del éxito, teniendo su camara a mano en el lugar preciso y en el momento indicado. Sus imágenes cuentan historias únicas que ocurren sólo una vez en la vida.

















