Generalmente, los hombres se quejan porque las mujeres somos “complicadas” pero, ¿alguna vez se han puesto realmente a pensar en las cosas que nos molestan y porqué lo hacen?
Peleas siempre habrá, pero existen ciertas frases que en lugar de ayudarte a terminar con ellas, serán la firma en tu sentencia de muerte, y es que por tu bien, nunca deben salir de tu linda boca estas palabras… ¡Toma nota!
Puede que tengas una excelente relación con tu madre, incluso que tu novia/esposa, la tenga también, pero el simple hecho de comenzar a hacer comparaciones, es una de las peores cosas que pueden pasarnos en la vida… Recuerda, todas somos completa y totalmente diferentes, si tu madre pone a hervir el agua de una manera, y nosotras de otra, ¡Dejen de comparar y esperen a los resultados de las cosas! Tal vez hasta te guste más de la manera en que lo hacemos.
Les recomendamos que piensen dos veces, es más, cuatro veces antes de decir esta molesta frase, o ¿qué acaso nosotras les recriminamos algo a sus hormonas?
Sí la amamos, pero todas tenemos aunque sea un poquito de miedo de tornarnos igualitas a nuestras madres. Así que no nos los digas, sobre todo si en tu tono hay algo despectivo.
Sí, sí es para tanto y más. Y cuando lo dicen, menos ganas nos dan de calmarnos…
Error… Decirle a una mujer que está loca es similar a decirle “golpéame”. Somos sensibles, sí; somos exageradas, también, pero de ahí a estar loca, es rebasar un límite intocable.
Sí seguro, por eso te mandan infinidad de mensajes, se comentan todas y cada una de sus fotos en las redes sociales y se van a comer juntos, casual… ¡¿Y piensan que somos tontas?!
De una vez por todas, es momento de que lo entiendan, cualquier tema relacionado con sus ex, van a ser motivo de pelea, y es que a menos de que la mujer en cuestión sea una modelo de Victoria’s Secret, no existe nada peor que el hecho de ser comparadas con esa indeseable mujer.
¿De verdad piensas que me importa lo que digas de mi comida? ¡Claro que me puedo comer todo esto y más! No creas que siempre voy a comer lechuguitas para tenerte contento…
¿Te doy un consejo? Si no quieres esperar por otra hora y media, mejor no abras la boca.
Estás perdiendo el tiempo, deja de insistir, el dramatismo es algo que las mujeres tenemos incluido de por vida, por lo que es prácticamente imposible que dejemos de serlo, aunque te digamos que no lo somos…
Recuerda, las mujeres no somos tontas. Sabemos que muchos lo han querido decir pero no se han atrevido a hacerlo y, sinceramente, si lo hicieran no sobrevivirían para contarlo. Es una de las peores cosas que, como hombre, puedes hacer.
¿De verdad creen que con este chantaje emocional vamos a caer? ¡Hombres! Manipularnos con esto solo hará que nos provoque menos hacerlo. Mejor, busca otra técnica persuasiva.
Te lo digo como mujer, no existe nada más molesto que un hombre diciendo este tipo de frases por la calle, o qué ¿de verdad creían que con esto alguna de nosotras iba a caer rendida a tus pies?
Quieres morir, ¿verdad?
Sí, sabemos que las mujeres son aficionadas de esta frase, pero no por eso se convierte en la mejor frase que puedan decirnos, pues al hacerlo, lo único que lograrán es hacernos sentir mal, muy mal, algo así como rechazadas o rogonas…
Chicas, ¿cuáles han sido las peores frases que les han dicho?
Hombres, ¿agregarían otra a la lista? ¿Cómo les fue cuando dijeron alguna de las frases?
Vía: RT Actualidad
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Se trata de una nueva tendencia en las modificaciones extremas del cuerpo humano. Cada vez se está haciendo más popular, personas en todo el mundo se están sometiendo a este procedimiento. ¿De que hablamos? Tatuajes en los ojos. Sí, escuchó bien. El proceso es doloroso y el resultado un poco aterrador. La idea de tener un objeto afilado cerca del ojo es aterradora para la mayoría de nosotros, pero no es algo que inquiete a los individuos que verás a continuación:
Siempre es difícil el término de una relación amorosa, ya sea porque no lo esperabas, porque sigues amando o simplemente porque se acaba un proyecto de vida, el cual se vuelve más complejo, cuando hay hijos de por medio.
A pesar de que para algunos esto puede significar un golpe, hay otras personas que son más fuertes y logran enfrentar la situación de mejor forma, pensando siempre en la familia e hijos.
Tina Plantamura, una mujer de Nueva York, terminó su matrimonio y tuvo que aceptar que su marido iniciara una nueva relación.
Además la columnista de fortheloveostherun.com vio cómo la pareja de su ex, iniciaba una estrecha relación con sus tres hijos, es por eso que decidió escribirle una carta expresando lo que sentía con esta situación.
Porque con todo lo que ya hacen, se merecen ser un poco perezosos. A continuación te presentamos 23 trucos ingeniosos que no tienen desperdicio, seguramente encontrarás algunos muy útiles que te ayudarán a ahorrar tiempo y energía:
Los sándwiches se mantienen durante cuatro a seis semanas aproximadamente, y si estarán completamente descongelados y listos para comer a mediodía. Aprender más aquí.
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Esto le permite evitar tener que ser súper organizado y esas cosas. Aprender más aquí.
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Ideal para esas noches en las que no te apetece cocinar.
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Limpia un montón de juguetes rápido. Aprende más aquí.
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Basta con tirar de la sábana sucia y la almohada para perros, después deja que tu hijo vuelva a dormirse sobre la sábana seca de abajo.
DISTE EN EL CLAVO.
F: BuzzFeed
Este perrito es un bulldog inglés llamado Russet. El vídeo muestra al perro intentando sacar su hueso de juguete por la pequeña puerta de mascotas, pero el espacio no era suficiente. Sin embargo, no le importó chocarse una y otra vez, el siguió intentando.
Para no adelantarte el final te invitamos a mirar el vídeo y descubrir si Russet pudo o no sacar su hueso de juguete por la puerta.
Las imágenes que veremos a continuación, son temas de conversación, que todo hombre a tenido con su mejor amigo.
Pero aún así no podemos vivir sin ellas <3
¡Ah, el amor!… contrario a lo que la mayoría de las películas y los libros nos dicen, el amor no siempre es bello, no siempre resulta duradero, no siempre es satisfactorio y muchas veces simplemente es extraño.
Así como la lencería puede resultar muy atractiva para los seres humanos, diminutos “sacos” son capaces de encender las bajas pasiones de los ratones machos. ¿Cómo lo sabemos?
En un curioso estudio de la Universidad de Montreal, en Canadá, los investigadores dejaron que un grupo de ratones machos vírgenes se aparearan con hembras que vestían pequeños sacos hechos a medida para los roedores. Después, cuando los científicos ofrecieron al mismo grupo de machos la oportunidad de aparearse nuevamente, los animales prefirieron a las hembras que vestían los sacos en lugar de aquellas que iban al natural.
Los resultados de este extraño estudio sugieren que podemos aprender a asociar el sexo con una variedad de señales contextuales, incluida la ropa.
El Dr. Harry Harlow pasó a la historia como un sujeto con una profunda aversión por los animales. Aunque, como lo mencionamos en otro artículo, quizá solo se trató de una simple coincidencia que haya experimentado con ellos sin preocuparse por su bienestar o confort. Pese a que los maltratos no están justificados de forma alguna, sus experimentos sirvieron para avanzar en nuestra comprensión de la psicología humana.
Por ejemplo, cuando estaba en la Universidad de Wisconsin, en los Estados Unidos, Harlow decidió averiguar cómo se relacionaban emocionalmente los monos con sus madres. En un experimento, instaló individualmente a los animales al interior de una jaula con dos “madres”: una era un maniquí que les daba leche, pero frio y mecánico, y la otra “madre” de textura más suave, evocaba más a la figura de un mono, pero no proporcionaba alimento.
La madre de tela no tenía leche, por eso, cuando las crías tenían hambre, corrían hasta la madre más hosca y, en seguida, volvían a la seguridad que les ofrecía su madre suave.
Así, Harlow dedujo que el amor viene del contacto y no del sustento, por eso es que aunque la leche materna se seca, el niño continua amando a su madre. Este amor se reformula de forma que cada interacción es una repetición y una revisión de este contacto precoz.
Siguiendo esta línea, otra de sus pruebas mostró que, si un mono bebé se separa de su madre durante los primeros nueve meses, su vínculo emocional puede que nunca sea el mismo.
Los guajolotes machos, cuando son presentados a un modelo realista de hembra, tratan de aparearse tan intensivamente como lo harían con un ave real. Esta observación tan particular despertó el interés de Edgar Hale y Martin Schein, de la Universidad de Pensilvania, que decidieron averiguar el estímulo mínimo que se necesita para excitar a un guajolote. Realizaron una serie de experimentos que involucraban la eliminación de partes de un modelo de guajolote hembra, de a una parte por vez, para determinar el momento en que el macho perdería el interés de aparearse.
Le quitaron la cola, las patas y las alas al modelo, pero el macho siempre hacía su ritual lleno de sonido y movimiento para conquistarla. Finalmente, lo único que quedaba era la cabeza de la hembra en una vara. Y, para sorpresa de los investigadores, el guajolote macho siguió mostrando el mismo interés en la “hembra”. En realidad, prefirió la cabeza en una vara que el cuerpo entero sin cabeza.
La fantasía sexual de muchas personas es uno de los temas más recurrentes en muchas producciones fílmicas para adultos: un completo extraño viniendo hacia ti y solicitándote tener sexo con él o ella. Antes de que salgan a poner a prueba las estadísticas, ¿Existe alguna posibilidad de que eso ocurra en la vida real?
Los investigadores intentaron descubrirlo. En 1978, el psicólogo Russell Clark solicitó a un hombre y una mujer atractivos que caminaran por el campus de la Universidad Estatal de Florida, Estados Unidos, hasta un individuo del sexo opuesto y le dijeran: “Te he observado por el campus. Creo que eres atractivo”, para, a continuación, agregar una de tres preguntas: “¿Quieres salir conmigo?”, “¿Quieres ir a mi apartamento?” o simplemente “¿Quieres acostarte conmigo esta noche?”.
Aunque hombres y mujeres tenían probabilidad del 50% de aceptar ir a un encuentro romántico, solamente un 6% de las mujeres estuvieron de acuerdo en ir al apartamento contrario frente al impresionante 69% de los hombres. Y alarmantes 75% de los hombres respondieron afirmativo a la propuesta inmediata de una relación sexual, mientras que exactamente cero damas estuvieron de acuerdo. ¿Sorpresas? Ninguna.
El Dr. Arthur Aaron quería descubrir cómo era a la mecánica de un enamoramiento. Para esto, realizó un experimento en 1996 que involucraba a 33 hombres y mujeres completamente desconocidos entre sí, y emparejados aleatoriamente. Cada par tuvo que responder un cuestionario de 36 preguntas que iban desde preguntas mundanas hasta asuntos muy personales, dividido en tres sesiones de 45 minutos. Después, se les solicitó que miraran uno al otro durante cuatro minutos.
Mientras la mayoría de los participantes informaron un sentimiento de proximidad o intimidad con esta nueva persona que apenas y conocían, resultó una excepción bastante feliz: una de las parejas se casó seis meses más tarde, e incluso invitó al personal de la investigación a la boda.
En el año de 1965, el científico John C. Lilly quería ver si era posible enseñar a un delfín a comprender y comunicarse en inglés. Para lograr esto, solicitó a su asistente Margaret Howe, de 23 años de edad, que viviera con Peter, un delfín, en el Caribe durante dos meses y medio.
La casa se inundó con agua de mar en el primer piso, para que pudieran interactuar todo el tiempo. Al principio, Margaret intentó ensañar a Peter a imitar las palabras del idioma, pero con muy poco éxito. Sin embargo, mientras pasaba el tiempo, la mujer se volvió bastante apegada al delfín, a tal punto que el animal comenzó a mostrar un “interés sexual” por la profesora, intentando conquistarla. Eventualmente, Peter le mostró su miembro erecto a Margaret, que más tarde (décadas después) admitió haber tenido un “encuentro íntimo” con el delfín.
El financiamiento para el proyecto se cortó y Margaret siguió con su vida normal. Sin embargo, Peter murió de tristeza por el desamor. Fue transferido a una instalación en Miami donde su salud se deterioró rápidamente. Después de algunas semanas, Margaret recibió la triste noticia de que el delfín había cometido suicidio negándose a respirar, hundiéndose hasta el fondo del tanque donde estaba.
En 1995 un genetista llamado Dr. Claus Wedekind quería averiguar de qué forma el olor corporal de los hombres excitaba o atraía a las mujeres.
Un grupo de prueba conformado por hombres durmió con la misma camiseta durante dos noches sin usar desodorante. A continuación, estos hedores se presentaron a las participantes del experimento, a quienes se les invitó a elegir el más agradable. El estudio mostró que las mujeres elegían olores de hombres que eran genéticamente diferentes a sus propios olores (eso pude indicar una mayor diversidad genética y, por consecuencia, más probabilidades de una descendencia fuerte y saludable). Sin embargo, cuando estas mujeres comenzaron a tomar píldoras anticonceptivas, sus preferencias cambiaron, lo que pude indicar que los químicos interfieren en los hedores naturales.
El Dr. Arthur Aron también llevó a cabo otro experimento poco común sobre el amor, esta vez con una mujer atractiva y un puente, el puente suspendido de Capilano (en la foto abajo), situado en Columbia Británica, Canadá.
La mujer atractiva les solicitaba a los hombres que habían cruzado el puente que escribieran una historia sobre una imagen que ella misma les proporcionaba. Después, la mujer le ofrecía al sujeto su número telefónico para una discusión más profunda. En seguida, los investigadores repitieron el experimento en un puente menor y más resistente en las cercanías.
Nueve de los dieciocho hombres que cruzaron el Capilano llamaron más tarde al número, mientras que solo dos de los 18 que atravesaron el puente más pequeño llamaron. Los científicos también notaron más insinuaciones sexuales en las historias de quienes atravesaron el Capilano.
El experimento sugiere que los hombres – cansados del esfuerzo físico y/o con miedo de atravesar el puente suspendido – sustituyeron esos sentimientos negativos por una excitación sexual hacia la mujer. “Si quieres que alguien se sienta atraído hacia ti, puede funcionar hacer con ella o él algo que sea excitante o asustador”, concluyó el Dr. Aron.