Estos niños ricos mimados pueden acabar con la paciencia de cualquiera. No sólo se trata de la envidia que puedan suscitar regodeándose con sus pertenencias...
Todo en la vida sería perfecto si puedieramos llevar a nuestros perritos al trabajo. No hubiese estrés, mal genio, y por supuesto, trabajaramos mucho...