De la mano de la ciencia, la realidad siempre consigue sorprendernos:
1. Estas dos flores realmente existen.
Por un lado la Psycotria Elata, también conocida cómo la “Flor del Beso” o “Labios de Novia”. Por el otro, la Amorphophallus titanum, también conocida cómo “Flor cadáver” por la terrible fragancia con olor a podrido que libera en el aire. Junto con la Rafflesia, es considerada una de las flores más grandes del mundo.
2. Rusia es más grande que Plutón.
Rusia es el país más grande del mundo, con el increíble superficie de 17.045.400 kilómetros cuadrados. Es tan enorme que rivaliza con el planetoide Plutón, cuyo tamaño se estima en 17.000.000 kilómetros cuadrados.
3. Las langostas son inmortales.
Las langostas no envejecen, solo continúan creciendo indefinidamente. Bueno, siempre y cuando una circunstancia externa no acabe con ellas, que es lo que suele ocurrir generalmente: depredación, contaminación, y cambios en la temperatura del agua son las causas más comunes de muerte. Al parecer, una enzima llamada Telomerasa ayuda a proteger a los cromosomas del paso del tiempo.
4. Neil Armstrong tuvo que pasar por aduana cuando regresó de la Luna.
Aunque parezca mentira, el primer hombre que pisó la superficie lunar tuvo que ser sometido a la burocracia de la aduana estadounidense. Los documentos prueban que esto es verdad, aunque seguramente no lo hicieron esperar mucho tiempo.
5. El caso (o caos) de la bomba nuclear perdida.
Las cosas se pierden todo el tiempo y no hay casi nada que podamos hacer para evitarlo. Incluso algunos teorizan sobre algunos objetos que son concebidos específicamente para extraviarse (encendedores, lapiceras, púas de guitarra, llaves. y un largo etcétera), situación que algunos aprovechan para hacer negocios millonarios. Pero jamás esperaríamos que se perdiera un objeto tan peligroso como una bomba nuclear de hidrógeno. Esto es lo que pasó en EE.UU. en 1958, cuando un fallo mecánico en un bombardero B47, obligó al piloto a deshacerse de una bomba modelo MK-15 O en la desembocadura del rio Savannah, en Georgia. Hasta la fecha, jamás se pudo recuperar y nadie sabe dónde fue a parar.
6. La isla flotante de basura.
El “Gran Parche de Basura del Pacífico” o “isla de basura” es un gran cúmulo de desperdicios humanos que se concentran en el remolino natural de dicho océano. Se estima que actualmente tiene una dimensión de 1400 kilómetros cuadrados, aunque podría ser más grande. No es una isla en términos exactos, sino una fina capa de desperdicios que en algunas zonas flota, y en otras está sumergida. Actualmente hay algunos proyectos para resolver este gran problema ambiental.
7. El cráneo es un gran amplificador.
Si acercás el control remoto de la alarma de tu auto a tu cabeza, aumentarás su alcance. Esto ocurre porque los huesos del cráneo actúan como un gran amplificador que puede duplicar el alcance de la señal.
8. Higos con “ingrediente”.
Cierta especie de avispa ingresa dentro del higo para poner sus huevos y luego muere dentro. Se trata de las avispas del higo (Blastophaga psenes), quienes de paso, se encargan de polinizar las flores de la higuera.
9. Sinónimos ardientes.
En inglés, las palabras “flammable” e “inflammable” significan lo mismo: algo que arde con facilidad. Según comenta el diccionario Websterz, en 1920 la Asociación Americana contra incendios realizó una campaña para eliminar el prefijo “in”, ya que la gente podría caer en la equivocación de pensar que algo es ignífugo en lugar de flamable. En español, al menos en teoría, ya que según la RAE la palabra flamable no existe.
10. La masa de todas las hormigas del planeta Tierra equivale a la masa total de todos las personas vivas.
Sin embargo, esto no es algo tan impresionante. Lo curioso es que si juntásemos a toda la población humana de pie y pegados, todos cabríamos en un espacio no mayor a 1000 kilómetros cuadrados.
11. Hay más sinapsis neuronales en nuestro cerebro que estrellas en la Vía Láctea.
Se estima que hay 300 miles de millones de estrellas en nuestra querida galaxia y entre 100 y 500 mil millones de sinapsis en nuestros cerebros.