Las últimas semanas el mundo entero se ha conmovido con el caso de David Allen Turpin y su esposa Louise Anna, acusados de secuestrar y mantener en paupérrimo estado a sus 13 hijos en California. El matrimonio fue delatado por una de sus hijas, quien logró escapar y dar aviso a las fuerzas de seguridad.

Ahora, poco a poco se están dando a conocer nuevos detalles del escalofriante caso. A ambos se los acusa de tortura, secuestro y maltrato y David carga también con el delito por abuso a una de sus hijas.

“Se les permitía bañarse una vez al año, jamás asistieron al dentista y por cuatro años no fueron al médico. Les propinaban castigos físicos y psicológicos como comprar comida y dulces que sólo les daban permiso de mirar, pero no de comer. Eso mismo hacían con los juguetes”, confirmó Mike Hestrin, el fiscal del caso.

Los hermanos expresaron que todo empeoró cuando se mudaron a California, después de 17 años de vivir en Texas. Allí los empezaron a atar a sus camas con cuerdas, pero como querían escapar, cambiaron las sogas por cadenas.

Las autoridades agregaron que sus padres decían que se los educaba en casa, pero la mayoría de ellos no tiene los conocimientos básicos. Por ejemplo, los hermanos no entendían cuál era el sentido de un policía, ni para qué servían las medicinas.

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H&M se equivocó. Y lo hizo con un tópico que abre la herida de una cultura que ha sabido reivindicarse pese a la discriminación, el racismo y la exclusión. Duras realidades que siguen viviendo hasta el día de hoy.

Es por eso que distintos hombres y mujeres de Sudáfrica, a través de una campaña, respondieron atacando diferentes tiendas de la popular marca, generando, como consecuencia, múltiples destrozos. Fue tal la repercusión que Floyd Shivambu, vocero del partido radical, apoyó el movimiento: “La marca está pagando las consecuencias de su racismo”, dijo, de manera segura.

H&M mall of the South @EFFSouthAfrica store not operating currently plippin racists pic.twitter.com/Ldg9WJNbMl

— Ntobeng Ntobeng (@ntobengndo) 13 de enero de 2018

Tras los destrozos, H&M decidió cerrar las tiendas en aquel país. Es que nada les sirvió el pedido de disculpas que intentaron realizar a través de una red social, como quien se dirime de un error hecho al azar y sin demasiados rollos. No sirvió de nada.

Una publicación compartida de H&M (@hm) el Ene 9, 2018 at 2:50 PST

Poner a un niño de tez oscura a posar con una sudadera que gritaba “el mono más genial de la jungla”, no solo es un grave error, sino que dista de ser inclusivo e igualitario. Sobre todo porque en la campaña, a su lado, un pequeño blanco usaba con orgullo otra camiseta, que rezaba “experto en supervivencia”. No sorprende de una marca a la que le ha costado incorporar modelos de tez oscura en sus publicidades.

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